Ese regreso a Grimmauld Place fue una porquería. Regulus había estado tan ocupado con sus pensamientos de mierda que había ignorado lo que le esperaba al volver a casa.
Una parte de él tenía la esperanza de que su madre hubiese olvidado lo que sucedió en las pasadas vacaciones de invierno, y la otra le decía que era estúpido por siquiera pensar que algo se le escapaba a esa mujer. La admiraba, debía admitirlo, tanto como le temía.
Apenas pusieron un pie dentro de la casa, sintieron un enorme pesar, como si se les absorbiera cualquier pizca de alegría que trajeran del exterior. Su padre estaba en la entrada, y extendió ambos brazos, cosa que extrañó a ambos.
¿Un abrazo? Eso era lo que hacía alguien que iba a abrazarte, sin duda, pero, ¿por qué lo hacía su padre? Ambos se preguntaron lo mismo, mientras se veían el uno al otro, y de algún modo esa complicidad les hizo sonreír.
Su padre se acercó a ellos, sujetando sus hombros, con una sonrisa que les provocaba escalofríos. Vieron a su alrededor, notando también una enorme calma.
—¿Y mi mamá? —preguntó Regulus.
—De vacaciones, fue un regalo familiar.
—¿Por qué no fuiste también? —Sirius pareció algo hostil, como si hubiera deducido que algo malo estaba sucediendo.
—¿Quién iba a recibirlos en casa? Entenderás, Regulus, que este año no podrás celebrar tu cumpleaños con los Rosier.
—Podríamos ir con Narcissa —añadió Regulus, ignorando el detalle sobre su cumpleaños, esperanzado por volver a ver a su prima favorita.
—Narcissa está enferma, ¿no te lo dijo? —clavó su mirada sobre el hijo mayor.
Pero él ya estaba acostumbrado a ser visto así por sus padres, con rabia y decepción, así que, en esa ocasión no le importó.
—¿Por qué no me lo dijiste?
Regulus giró hacia él, y su mirada sí tuvo un efecto sobre sí. En realidad había quemado la carta, no solo esa, todas las que había recibido durante su periodo escolar. Igual, era culpa de sus padres, si no enviaran siempre mensajes amenazantes, no habría recurrido a eso. ¿Por qué no molestaban al hijo perfecto? ¿Por qué esperaban que él abriera gustoso las cartas?
—Porque las quemé. Todas —dijo desafiante, clavando la mirada sobre su padre—, así que me acabo de enterar también.
Orión se inclinó hacia él, para quedar a su altura, manteniendo esa sonrisa extrañamente optimista en tu rostro.
—Vas de desear que tu madre esté aquí.
Le dio un par de golpes en la espalda, como la típica señal de compañerismo, pero fueron los suficientemente fuertes para sacudir bruscamente su cuerpo. Su padre volvió a su postura natural, viendo esta vez a Regulus.
—Déjame a solas con tu hermano.
—Pero, mi mamá, ¿cómo sigue? ¿Y Cissy? ¿Podré visitarla?
—¿Qué te parece si te presentas ahora? Kreacher puede acompañarte.
Sus ojos se iluminaron con emoción. Estaba preocupado por su prima, no podía desaprovechar esa oportunidad de verla.
Pero sintió la mirada de rabia de Sirius, puesta sobre él de manera inquieta y suplicante, pero también con coraje.—Sí, sí quiero —dijo, viendo a Sirius, queriendo expresarle perdón con la mirada.
—Eres una mierda.
—Sirius Black —regañó su padre, sujetando su antebrazo con fuerza para jalarlo hacia el estudio—. Hay una conversación importante contigo, insolente, deja que tu hermano disfrute un momento.
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𝐑𝐀𝐌É ↬𝐉𝐞𝐠𝐮𝐥𝐮𝐬
FanfictionSigue la historia de Regulus Black a través de sus años en Hogwarts.