¡Feliz Navidad! Esta es la última actualización del año, y creo que es la mejor que pudo ser jajaj.
En fin, quiero agradecerles a quienes leen esta historia y dejan sus comentarios, siempre consiguen sacarme una sonrisa. Espero que la historia les esté gustando. Pasen bonitas fiestas y espero que 2025 sea un año amable y cálido con todos ustedes. <3
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El 25 de abril, día en que Walburga celebraba su cumpleaños, una carta para el joven Black llegó a Hogwarts. El chico creyó que sería una invitación, un permiso para salir a Hogsmeade por lo menos una hora... Pero estaba equivocada.
La carta estaba firmada por Lucius Malfoy, y su contenido decía:
"Regulus, sé que no debería involucrarte en estos asuntos, sin embargo, Narcissa se encuentra afligida nuevamente. Costó mucho recuperarla la última vez, y ahora me ha dicho que no quiere volver a intentarlo. Quiero que sepas que no me molesta ser un hombre sin herederos, mi inquietud y desespero viene de imaginar a la mujer que amo sin ser capaz de cumplir sus sueños. Si pudieras venir a la mansión, para recordarle con tu presencia sus deseos de formar una familia, y brindarle un poco de paz a tu prima, te estaría bastante agradecido."
Al principio, sintió un hueco en el pecho producto de imaginar a su prima de nuevo en cama, sin ánimos de nada y con la capacidad de herir que cualquier Black tenía. Después, sintió rabia, porque creyó que Lucius había decidido enviar la carta en ese día tan significativo.
La rompió en tantos pedazos como pudo, sin embargo, cuando iba a hacer lo mismo con el sobre, se dio cuenta que el sello no era el de la familia Malfoy, sino el de los Black. La carta no había sido enviada por Lucius, sino por alguien cuyo apellido fuera el mismo que él suyo.
Corrió por papel y una pluma. Escribió una carta de vuelta para la mansión de los Malfoy, esperando saber si era legitima. Si lo era, significaba que sus padres habían decidido esperar hasta ese día para enviarla, pero, ¿por qué? ¿Cómo llegó a sus manos? Peor aun, quería saber la fecha en que fue escrita, saber si su prima se encontraba mejor.
Evan lo observaba desde su cama, y cuando lo vio salir disparado, corrió tras él. Era evidente que algo no estaba bien, pocas veces se veía a Regulus con prisa, pues decía que era poco elegante y que aumentaba las probabilidades de parecer imbécil.
—¿A dónde vamos?
—Lechucería.
—¿Le mandarás una carta a Walburga?
—A Malfoy.
—¿Malfoy? —ni siquiera pudo ocultar la sorpresa— ¿Por qué?
—Es Narcissa- no sé si esté bien.
Cuando escuchó aquellas palabras, Evan, que era más desvergonzado, le arrebató la carta de las manos, y continuó el camino, corriendo sin pena por los pasillos, empujando a los estudiantes que se interponían, sin importarle lo estúpido que pudiera verse. Era imposible no amar Cissy, y si la noticia había conseguido sacar a Regulus de su estado neutral, entonces no tenía tiempo que perder con preguntas.
