𝐄𝐧 𝐥𝐚 𝐢𝐧𝐭𝐢𝐦𝐢𝐝𝐚𝐝 | 𝐏𝐞𝐝𝐫𝐢

• Cric, crac •

(Inspirado en los eventos del partido del Barça contra el Athletic de Bilbao del 3 de Marzo de 2024, lo podéis ver en Barça One)

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• Marzo de 2024 •

Clic, clac

Pedro abrochó la hebilla y ajustó la correa de su cinturón de seguridad. El avión todavía no había despegado, los jugadores estaban terminando de tomar asiento. El vuelo de aquel día sería breve, poco menos de una hora hasta el aeropuerto de Bilbao. A través de su ventanilla, contemplaba el cielo gris. Aunque ya hubiese comenzado el mes de Marzo, todavía quedaba un poco de tiempo hasta que la primavera comenzase a traer días de sol y calidez.

-Joder, hermano. Verás que allí hará un tiempo incluso peor.- se quejó Ferrán, sentado junto a él.

-Eso ni lo dudes. Encima dan lluvia.

-Qué bien.- replicó, con entusiasmo postizo.

Aquella noche, el Barça iba a disputar un encuentro con el Athletic de Bilbao en San Mamés. Pedro solía disfrutar los partidos con los equipos vascos; los jugadores eran tenaces, muy físicos, y un partido interesante y dinámico estaba casi asegurado. Además, había trabado amistad con algunos jugadores de ese equipo que había tenido de compañeros en la Absoluta: Unai Simón, Dani Vivian, Nico Williams...iba a ser divertido.

-¿Qué, Iñigo?¿Preparado para el recital?- bromeó Ferrán al jugador vasco, sentado en la fila de al lado.

-No sabes cuánto.- replicó él, irónico. Había jugado cinco años en el Athletic de Bilbao hasta que decidió irse al Barça, y cada vez que volvía a pisar San Mamés, la afición zuri-gorria se encargaba de demostrarle su desaprobación por aquel cambio con una sinfonía de pitos y silbidos ensordecedores cada vez que Iñigo tomaba posesión del balón.

El vuelo fue muy breve; no más de cuarenta minutos hasta llegar a territorio vasco. Una densa capa de nubes y una pista de aterrizaje mojada les dieron una amarga bienvenida a Bilbao.

-Me voy a cagar en todo.- masculló Ferrán, bajando las escaleras del avión mientras se colocaba como podía la capucha de su cortavientos. Una llovizna ligera pero persistente (Xirimiri, como se la denominaba por allí) los recibió nada más salir al exterior.- Cómo odio el norte.

-Te recuerdo que tu ex-suegro es de Asturias.

-No me des más razones para odiarlo.

Autobús, y para el hotel a concentrarse. Pedro observaba embelesado el paisaje a través de la ventanilla; las suaves laderas verdes, moteadas por pequeñas agrupaciones de ganado que pastaban por allí, los bosques frondosos que no parecían terminar. El paisaje verde y rústico tan típico del norte, y que a él; que pasaba el año viviendo en una jungla de rascacielos, lo fascinaba y extrañaba a partes iguales.

-Esto sí, coño.- dijo Iñigo, satisfecho.- Ninguna parte de España le llega a la suela de los talones a los paisajes de Euskadi.

-Pues no haberte venido al Barça, capullo.

A Pedro le encantaba el Norte, pero claro, aquella visita tampoco estaba resultándole particularmente dulce. Le traía malos recuerdos. O no necesariamente malos; eran buenos, pero que le generaban sentimientos negativos. ¿Qué haría cuando les tocase jugar contra La Real, y tuviese que volver a pisar las calles de San Sebastián? Uf, mejor no pensar en eso.

Había comenzado Marzo con buen pie. Más o menos. A ver, el incidente del gatillazo le había dejado algo tocado; algo inseguro, era normal. Lo había hablado con Ángel que, como era evidente, le había echado una cariñosa bronca por haber hecho aquella insensatez.