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Pedro tenía dos opciones: mentir, o soltar lo que le llevaba ocultando a su amigo, y al resto del mundo, durante casi un año. O bueno, también existía una tercera opción: hacerse el sueco. Optó por esa.
-¿Qué dices, hermano?- dijo, poniendo su mejor vocecilla de cansado para fingir que estaba aturdido por el sueño.
-Pedro, va, que no soy gilipollas. Desde que hemos llegado aquí miras a Robin como si le quisieses matar, y cada vez que menciona a su novia te cambia la cara, te pones mustio o te piras.
-Ya, bueno, ¿y? Estoy cansado, estresado, pondré caras, yo qué sé.
-¿Te crees que soy tonto? Que eres demasiado transparente, tío, se te ven de sobra las intenciones. Va, dime la verdad, te prometo que no se lo voy a decir a nadie.
Pedro resopló.
-Entra, anda.
Encendió la luz del cuarto. Ferrán se lanzó sobre la cama y se quitó las zapatillas de una patada como si la habitación fuera suya. Tenía la extraña habilidad de tratar cualquier sitio como si fuese su casa, ya fuese el más lujoso de los hoteles o las casas ajenas.
-Entonces, ¿te la has tirado?¿Sí?¿No?¿Sí a medias?
-Sí.- musitó él, como si le agotase el mero hecho de decir la palabra.
Ferrán, en su línea, se rió como si acabase de contarle un chiste picante.
-Hostia, tío. ¿Nunca has leído eso de que donde tengas la olla no metas la polla? Osea, ¿la prima de Zubi?
-Tú te follaste a la hija de nuestro ex-seleccionador, así que no sé qué coño dices.
-Vale, ahí tienes razón. Pero, ¿cuándo?
-¿No te acuerdas de aquella fiesta de cuando ganamos La Liga? Ella estaba ahí, pero probablemente no te acuerdes porque estabas en tu fase de soltero y cada noche te refrotabas con una distinta.
-Pues no. Osea, me sé su cara de alguna foto de Zubi. La verdad que es muy mona. Pegáis. Me gustan las chicas que tienen mariposas tatuadas.
-No es el momento, bro.
-Perdón.- Ferrán agachó la cabeza.- Entonces, ¿cuánto tiempo estuvisteis?
Pedro resopló y se rascó la nuca.
-Pues...unos seis meses. Pero no éramos novios ni nada de eso, sólo que nos veíamos de vez en cuando, y no era sólo follar, era más. Ah, bueno, y me la llevé a Tenerife de vacaciones, estuvimos diez días en una villa. Todo esto el año pasado.
-Coño, ¿y qué pasó, entonces?
-Eh...pues...que me cagué. Que yo me empecé a pillar, y ella de repente me dijo que quería que la gente se enterase de que estábamos juntos, y yo no quería eso porque es que pasaba de tener a la prensa encima y a la gente hablando y uf...horror. Y ella no quería eso, así que dejamos de vernos, de hablarnos, todo eso. Y sobre mayo de este año me enteré que había empezado a salir con Robin.
-Ah. ¿Y él...?
-No. No lo sabe. Ni lo va a saber, porque paso de que vengan los de La Real a partirme la cara por haber sido el cabrón que le rompió el corazón a la primita de Zubi. ¿Tú les has visto? Todos me sacan una cabeza.
-Pero a ver, ¿por qué te partirían la cara? Tampoco es como que hicieras nada malo, simplemente no querías que fuera público.
-Claro, porque ser el secreto de un futbolista siempre queda súper bien.- ironizó Pedro.- Que no, que no me porté bien...me la llevé de viaje, fui a verla en su cumpleaños, cuando estuvimos juntos no me follé a ninguna otra tía...casi como que la traté como a una novia, y claro, ella se hizo ilusiones y quiso formalizarlo, pero yo no me sentía listo. Y no le sentó bien, normal, te dan esperanzas para que luego se acojonen.
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𝐄𝐧 𝐥𝐚 𝐢𝐧𝐭𝐢𝐦𝐢𝐝𝐚𝐝 | 𝐏𝐞𝐝𝐫𝐢
Fanfiction" 𝑺𝒆 𝒔𝒖𝒑𝒐𝒏𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒄𝒖𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒕𝒆 𝒆𝒏𝒂𝒎𝒐𝒓𝒂𝒔, 𝒏𝒐 𝒍𝒐 𝒆𝒍𝒊𝒈𝒆𝒔 " Pedro tiene una filosofía de vida muy clara: centrarse en su trabajo y disfrutar de su juventud sin ataduras. Sin embargo, cuando una noche de fiesta conoce a Ai...
