Vis a vis
1. Loc. Adv. Cara a cara o frente a frente
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• Junio de 2024, Colonia •
Llevaban un día y medio en Colonia. En tres se medían contra Georgia en los octavos de final. Ya entraban en la recta final, sólo eran cuatro los partidos que les separaba de la Gran Final. Cuatro. Tan cerca, y a la vez, tan lejos de aquella meta que al inicio se antojaba imposible, y que cada vez parecía más y más real.
Domingo. Día libre. El plan de Pedro era estar en la cama, bajar a comer tarde, y estar un rato más en la cama. Mirando el móvil, viendo Perdidos en el IPad, pudiendo por fin aislarse y no socializar durante unas gloriosas veinticuatro hotas. Pero Ferrán tenía otros planes. Lo obligó, casi a rastras; a salir con él a cenar por la ciudad.
-Va, para un día libre que tenemos, no te lo vas a pasar en la cama.
Pedro gruñó. Estaba tumbado en la cama, llevando la misma sudadera gris y bermudas deportivas que se había puesto horas antes para bajar a desayunar. No se había afeitado; por lo que la barba de tres días empezaba a poblarse un poco.
-Precisamente, para un día libre que tenemos me apetece vaguear en la cama, ya que no tenemos que entrenar ni nada.
-Va, va. En menos de un mes tendremos vacaciones y ahí podrás hacer lo que te salga de la polla. Venga, dúchate y échate desodorante; que nos vamos a comer por ahí.
Y como era imposible decirle que no a Ferrán, Pedro se duchó a regañadientes, se puso una camiseta ancha de color negro, unas bermudas vaqueras, se calzó unas deportivas y bajó al vestíbulo mientras esperaba a Ferrán, quien había decidido en el último momento que quería repasarse la barba (tarea a la cual dedicaba muchísimo más tiempo del necesario, pues lo hacía con la misma precisión de quien pinta la Capilla Sixtina)
Todavía era por la tarde, con el sol lejos de querer esconderse. Pero claro, horarios alemanes: para ellos la cena era a la misma hora que la merienda para los españoles.
Bajó al vestíbulo. La recepcionista le dio las buenas tardes en un perfecto inglés, y el chapurreó de vuelta algo que se asemejó a un gurafternun. Se sentó en una de las butacas, cerca de un piano de cola en el que un señor vestido de camisa estaba tocando una sonata ligera. Cosas de los hoteles pijos.
Mientras estaba distraído, viendo historias de Instagram en su teléfono, escuchó, sin apartar la vista de la pantalla, cómo se abrían las puertas automáticas del hotel. Después, las suelas duras de unas Air Force caminando por el suelo de mármol, creando un eco que retumbó por las cuatro paredes.
Se acercaron. Pedro siguió a lo suyo, sin mirar, hasta que llegó a su nariz un perfume, uno que olía como a naranja y a flores blancas. Le sonaba . Y después, una voz femenina que le preguntó al pianista:
-Excuse me, could you play Nocturne number 20?
No.
Ni de coña.
Alzó y no alzó la vista. Movió los ojos sin levantar la cabeza. Sí. Era ella. ¿Cómo no iba a ser ella, si parecía que el mundo estaba conspirando para joderle?
Le estaba dando la espalda. Llevaba un pantalón corto que dejaba a la vista sus piernas largas y bronceadas y una camiseta de manga larga negra. La melena le caía, oscura y sin planchar, por la espalda. Las uñas acrílicas de color blanco, las pulseras doradas. El olor a perfume cítrico de Zara que se mezclana con el del tabaco que habría fumado justo antes de entrar. Sí.
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𝐄𝐧 𝐥𝐚 𝐢𝐧𝐭𝐢𝐦𝐢𝐝𝐚𝐝 | 𝐏𝐞𝐝𝐫𝐢
Fanfiction" 𝑺𝒆 𝒔𝒖𝒑𝒐𝒏𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒄𝒖𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒕𝒆 𝒆𝒏𝒂𝒎𝒐𝒓𝒂𝒔, 𝒏𝒐 𝒍𝒐 𝒆𝒍𝒊𝒈𝒆𝒔 " Pedro tiene una filosofía de vida muy clara: centrarse en su trabajo y disfrutar de su juventud sin ataduras. Sin embargo, cuando una noche de fiesta conoce a Ai...
