-Meine damen und herren, wir sind soeben am Flughafen Berlin gelandet. Sie können jetzt ihre elektronischen Geräte wieder einschalten. Bitte verlassen sie das flugzeug geordnet. Vielen Dank, dass Sie sich für Vueling entschieden haben.
Damas y caballeros, acabamos de aterrizar en el aeropuerto de Berlín. Ya pueden volver a conectar sus dispositivos electrónicos. Por favor, salgan de la aeronave de manera ordenada. Gracias por escoger Vueling.
Ainara abrió los ojos, para ver que desde su ventanilla ya se podía ver al avión en tierra, deslizándose por la pista de aterrizaje. Alemania las recibía vestida de gris. Se desperezó. Al despegar se había puesto un par de episodios de una serie y al poco se aburrió y decidió echarse una cabezada.
-Buah, ¿cuánto llevo K.O?- Le preguntó a Haizea, sentada junto a ella.
-Pues desde que llegamos a altitud de crucero, prácticamente.- bromeó su amiga, sin despegar la vista de la ráfaga de WhatsApps que habían aparecido en su teléfono al quitar el modo avión.
Los pasajeros del avión, como era habitual, se levantaron antes de que les tocase y comenzaron a aglutinarse para sacar sus maletas del compartimento superior. Ambas amigas se percataron de que más de uno llevaba camisetas de la Selección Española. Cómo se notaba que se disputaba una Eurocopa.
Cogieron sus mochilas y bajaron. Esperaron a qué la cinta rotatoria del aeropuerto les devolviese sus maletas, y de allí (tras una larga espera en el exterior del aeropuerto) fueron a la estación de tren. El sol ya comenzaba su descenso. En el tren, ambas durmieron, echadas de cualquier manera sobre los asientos. Ainara, en posición fetal, abrazándose las rodillas con la mejilla apoyada en una de ellas. Haizea, con los brazos cruzados sobre la mesita que se interponía entre ambis asientos y la cabeza enterrada entre ellos. Para cuando llegaron a Gelsenkirchen ya era de noche.
Tras un breve trayecto en taxi, llegaron (¡por fin!) a su hotel. Check in rápido, corriendo a la habitación. Apenas tuvieron fuerzas para ponerse el pijama, poner los teléfonos a cargar, antes de caer rendidas sobre sus respectivas camas. De chiripa pudo Ainara enviar a sus padres y a Robin, respectivamente, un WhatsApp avisando que ya habían llegado.
A la mañana siguiente se despertaron casi a las once, media hora antes de que cerrasen el buffet del desayuno. Se pusieron una sudadera sobre el pijama y bajaron al comedor con las gafas de sol puestas para tapar las caras de muertas.
En cuestión de dos días España jugaba contra Italia. Tenían un día entero para hacer turismo, o para vaguear en el hotel (la opción más probable).
-Bueno, ¿y qué hacemos hoy?- inquirió Ainara, untado la tostada que se había servido con la mantequilla de una mini-tarrina.
-Si te soy sincera, yo me quedaría aquí reponiendo fuerzas.- repuso Haizea, mirando con aire crítico el cielo nublado que se apreciaba por las ventanas mientras hacía girar el zumo de su vaso.- Mañana probablemente no paremos en todo el día y nos pillemos un buen pedo, así que no nos iría mal estar descansadas.
-Buena esa.- asintió Ainara.
-Oye, ¿y tú qué?¿No vas a ver a tu churri? O a Martín.
-Qué va, no dejan. El día del partido y el de antes son como sagrados, les tienen recluidos como monjes.
-Joder, qué bajón.
-Luego cuando queda más tiempo para los partidos sí que tienen días libres y así, pero ahora les tienen que mantener concentrados.
-Pues vaya. ¿Tus aitas vienen mañana, no?
-Los de Martín, los míos no pueden por curro. Pero se han cogido día libre el día en el que es la final, porque están convencidos de que España va a llegar.
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𝐄𝐧 𝐥𝐚 𝐢𝐧𝐭𝐢𝐦𝐢𝐝𝐚𝐝 | 𝐏𝐞𝐝𝐫𝐢
Fanfiction" 𝑺𝒆 𝒔𝒖𝒑𝒐𝒏𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒄𝒖𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒕𝒆 𝒆𝒏𝒂𝒎𝒐𝒓𝒂𝒔, 𝒏𝒐 𝒍𝒐 𝒆𝒍𝒊𝒈𝒆𝒔 " Pedro tiene una filosofía de vida muy clara: centrarse en su trabajo y disfrutar de su juventud sin ataduras. Sin embargo, cuando una noche de fiesta conoce a Ai...
