" Are we still friends?
Can we be friends? "
-Tyler, The Creator
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Ainara ni lo miró. Se volvió a llevar el cigarrillo a los labios y dio una calada tan larga que podría haberse terminado el cigarro de una sentada perfectamente. Lo necesitaba.
-¿No hablas?- inquirió él. Sus palabras sonaban algo enturbiadas por el alcohol.
Ella se volvió para mirarle. Sería estúpido decir que no estaba guapo. Sus ojos oscuros, de perrillo, que tanto le gustaban antes, estaban ligeramente enrojecidos. Las cejas negras, igual de tupidas y de cuidadas. Los labios carnosos. La barbita incipiente, que en su día le había dejado rojeces en las mejillas. Los labios carnosos.
Pero verlo ya no le despertaba las mismas emociones. Ya no sentía el revoloteo de las mariposas en su estómago. Ahora, al verlo, sentía rabia. O asco. O ambas.
-No hablo contigo.- espetó, el humo escapando de su boca con cada palabra.
-¿No? Vaya.- dijo él, como si le hubiese dicho algo muy gracioso.- Pues en el partido contra Italia bien que me tiraste la pullita, ¿eh?
Ahora él estaba junto a ella. Unos pocos centímetros evitaban que sus hombros se rozasen. Ainara negó con la cabeza con sutileza.
-No tienes que interpretar en exceso cada cosa que digo. Mi vida no gira en torno a ti.
-No, pero cuando me tienes delante bien que procuras meterle la lengua hasta la campanilla a tu novio. Seguro que por casualidad.
Ainara se mordió la lengua. Menudos cojonazos.
-Lo hago estés tú o no. Entiendo que te sorprenda ver a un futbolista mostrar afecto en público, seguro que eso para ti es casi extraterrestre, ¿no?
Pedro chasqueó la lengua.
-Otra pulla.- parecía hasta divertido con la reacción de ella, lo cual la estaba sacando aún más de quicio.
-Pedro, ¿qué haces aquí, en serio?¿No me has molestado lo suficiente ya?
No te calientes, se dijo a sí misma. Eso era lo que él quería, desestabilizarla, comprobar que seguía teniendo efecto en ella. Y eso no iba a suceder. No iba a darle ese placer. No tenía ese derecho.
Él se metió las manos en los bolsillos de las bermudas. En sus ojos no había arrepentimiento. Era más bien...curiosidad. O tristeza. O lástima. No debería estar allí. Ainara sentía la incipiente ansiedad en el pecho de que en cualquier momento saliese cualquiera de los compañeros del restaurante y los viese hablando tan cerca. Eso no podía suceder. Lo único bueno era que los demás, aún dentro, parecían estar muy entretenidos charlando entre tazas de café, por lo que probablemente ni notasen su ausencia.
-Hace tiempo que no hablamos. Quería hablar.
-¿De qué?¿Hablar de qué?- Ainara ni siquiera trató de disimular el cabreo. Respiraba con fuerza, y sus mejillas estaban poniéndose progresivamente más y más rojas. Paró. Respiró hondo, se recompuso. No podía perder los papeles. Con la mano con la que sostenía el cigarrillo señaló la puerta del restaurante.- Hazme el favor de volverte dentro.
-No sé. Hablar. Tampoco acabamos tan mal, ¿no?
-Uy, no, acabamos genial, ¡no te jode!
-Joder, Ainara, pero ya que tenemos que convivir durante el mes tampoco tenemos por qué llevarnos a matar. Digo, podemos ser amigos, ¿no?
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𝐄𝐧 𝐥𝐚 𝐢𝐧𝐭𝐢𝐦𝐢𝐝𝐚𝐝 | 𝐏𝐞𝐝𝐫𝐢
Fanfiction" 𝑺𝒆 𝒔𝒖𝒑𝒐𝒏𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒄𝒖𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒕𝒆 𝒆𝒏𝒂𝒎𝒐𝒓𝒂𝒔, 𝒏𝒐 𝒍𝒐 𝒆𝒍𝒊𝒈𝒆𝒔 " Pedro tiene una filosofía de vida muy clara: centrarse en su trabajo y disfrutar de su juventud sin ataduras. Sin embargo, cuando una noche de fiesta conoce a Ai...
