Capítulo once

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Harry entró a bañarse y yo aproveché a cambiarme nuevamente de ropa. Decidí que lo mejor era que me pusiera una falda, así que busque lo necesario que combinara con eso y quede satisfecha con los resultados.

Mi ojiazul salió con una toalla envuelta en su cintura y otra toalla la usaba para frotarse el cabello y quitar el exceso de agua.

Mi teléfono solo en alguna parte de la habitación, comencé a buscarlo rápidamente. Lo encontré debajo de la almohada. Era Sara, mi maestra de ballet.

Contesté rápidamente.

-¿Sara? -frunci el ceño, era raro que me llamara.

-Jade, me alegro que contestaras, necesito que vengas lo ante posible a la academia.

-¿puedo saber porqué? -coloqué el teléfono entre mi hombro y mi oído.

Harry estaba caminando hacia mi y se sentó a un lado. Seguía secándose el cabello pero me prestaba atención.

-hay algo que tenemos que hablar, es muy urgente e importante. Por favor, cuando puedas comunícate conmigo o llega a la academia.

-vale, estaré allí. Hasta pronto. --colgué.

-¿quien era? -pregunto Harry cuando se paso la toalla por el pecho quitando las gotas de agua que aun colgaban en él.

-mi maestra de ballet, dijo que era importante. ¿cuando regresamos?

Pase mis dedos por el hombro aun cubierto de agua de Harry, el dirigió su mirada a mi tacto.

-no lo sé, mañana. Tengo unas cosas pendientes que hacer también --se encogió cuando mis dedos llegaron a su clavícula.

-gracias por traerme aquí, fue muy lindo de tu parte --Sonreí con sinceridad.

-bueno... --dijo cuando tomo mi cintura y tiró de mi hasta ponerme encima de él --, me gusta hacer cosas por ti, así sé que me recompensarás --su tono era pícaro, me sonroje.

-¿puedes decirme cómo? -juguetee con su cabello de atrás.

Estaba a punto de besarme cuando...

-¡CHICOS! -Sam grito en el pasillo -¡esta noche habrá fiesta! Bueno, en unas dos horas ¡aprendurence que hay que comprar muchas cosas!

-Sam es la reina de joder las cosas --se quejó Harry colocando su rostro en mi  cuello ocasionando cosquillas.

Reí y me separé de él colocando mis pies en el suelo.

-ya me dirás después -guiñe el ojo antes de salir. Sabia que a él le gustaba que fuera coqueta. Aunque a mi eso me era algo ajeno, pero de todos modos lo intentaba.

Sam tenia muchos amigos por este lugar, su padre tiene muchos contactos así que los hijos de esas personas llegaron a hacerse amigos de Sam, yo llegue a conocer a algunos de ellos. Eran personas muy simpáticas y extremadamente divertidas. 

Recordé que tenían que contarle a Sam sobre la noticia de mis primos. Al estar afuera de la habitación seguí el extraño ruidito que emitía mi amiga cuando estaba emocionada. En el instante que toque el primer escalón se abrió la puerta de su habitación. Cody salió con el cabello alborotado y con una sonrisa torcida.

-Jade, que casualidad verte por las gradas ¿está Harry en tu habitación? –se me hacía extraña la manera en la que me hablaba pero no le preste atención, asentí y señalé la puerta cuando Cody iba caminando a la del baño. Chasqueo los dedos y golpeo suavemente la puerta.

Estaba de resaca, eso era seguro.

Bajé encontrando a mi amiga hablando por teléfono.

-no me fallaras esta vez, amigo, o vienes o iré por ti, y sabes que lo hare –la voz amenazante de Sam incluso a mí me daría miedo. Ella era capaz de cualquier cosa con tal de que lo que haga le salga bien.

El Boxeador Es MioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora