Siete

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Cualquiera puede pensar que después de un mensaje como ese yo saldría corriendo en su búsqueda... Pero no, mi maldito cerebro manda mensajes pesimistas hacia mi provocando que prolongue mas lo inevitable.

Harry ha estado en las ultimas dos semanas unas cuatro veces o más en casa por mis primos y, aunque yo voy merodeando por aquí, jamas me he atrevido a hablar o intercambiar una mirada con él.

Puede que sea cobardía pero mi yo interior y yo misma intentábamos que eso no pasara. Y se preguntaran por qué, pues la respuesta es fácil: no sé. Stephan me ha invitado a pasar el tiempo con ellos pero yo le doy una negativa inventando que tengo que trabajar temprano o que estoy muy cansada por el trabajo, lo cual es absolutamente falso porque es de lo que he estado practicando toda mi vida.

En ningún momento Harry me ha mandado un mensaje pidiendo disculpas por el mensaje, y una de los primeras teorías en ese momento era que estaba ebrio y no sabia lo que ponía. Pero, joder, ¡escribió tan bien como para que haya estado borracho! Y la otra teoría mas lógica era que Steph había tomado su móvil y mandó eso en un intento de reunirnos de nuevo pero no fue así. Conozco demasiado bien a mi primo y sé cuando me oculta algo, lo cual esta vez no se veía en él.

Además, conocía bastante bien a Harry y él no insistía nunca a la hora de un mensaje.

Dejé de ver el mensaje por millonésima vez en esta semana y me acomodé mi maleta en el hombro y caminé hasta la academia. No me quedaba cerca pero a veces me encantaba tomar el autobús. Mi carrera como chef aún no ha despejado pero ya he mandado mis papeles a un lugar que se encarga de buscarte opciones de trabajo.

al sentarme en uno de los pococ asientos que habían libres decidí leer mis mensajes que no había cmtestado, uno de esos era de Peter, nos habíamos estado hablando desde hacebya días y me ha contado que ya lo han llamado varias personas importantes por si carrera. Es realmente emocionante que haya podido sobresalir tan rápido.

Peter: he ido a una audición y había una chica idéntica a ti, es eso o yo te extraño tanto que te veo en todos lados.

A veces no sabia que responderle pero me limité a interpretarlo de otra manera y le respondí que nos veríamos pronto.

Al llegar a mi parada salté del autobús (un poco exagerado) y caminé hasta la academia. Podía recordar las veces en las que venia como aprendiz y ahora resulta que soy una maestra. me encanta este lugar, es una academia prestigiosa y me pagan lo suficientemente bien como para ya poder mudarme de casa. Entré y salude a unas chicas que estaban esperando en mi salón. Eran como de quince y de diecisiete años y estaban hablando en una esquina riéndose de vez en cuando. Llegué a los vestidores y empecé a cambiarme.

-mi novio va a un gimnasio cerca de aquí, una vez lo fui a visitar y su entrenador era guapísimo, tuve que recordarme que tenia novio, sino me lanzo a él -la chica que hablaba sacó una risa haciendo que las otras también.

-deja que te acompañe y talvez yo si pueda -respondió otra chica.

-buena suerte con eso, he sacado un poco de información de mi novio y me ha dicho que él tiene mas de veintitrés años.

-¿a caso la edad importa? -la chica ronroneo.

-¿cómo se llama? -preguntó otra chica, esta parecía que era más pequeña por él tono de voz.

-Harry.

Me detuve cuando me estaba haciendo una culeta y funci él cejó.

-tiene mas gimnasios pero mi novio me ha dicho que suele ir allí para su hora de entreno con él y de otros chicos.

El Boxeador Es MioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora