Capitulo uno

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Coloco en la alacena las tres únicas bolsas que Harry me dejo sacar, a veces pienso que lo hace como si a mí me faltara la fuerza para cargar dos bolsas más, si supiera que cuando salgo con mi madre soy yo la que carga todas las compras.

-¿puedes decirme porque compraste demasiado? –dice Harry poniendo un montón de bolsas al lado de las mías cuando entro.

-bueno, por lo visto no tienes casi nada aquí, a veces me pregunto dónde vas a comer.

-la madre de Cody cocina realmente delicioso –sonríe.

Pongo los ojos en blanco y comienzo a vaciar las bolsas. Harry saco una risa y me ayudo a colocar algunas cosas en el refrigerador donde alcance a ver un montón de latas de cerveza.

Cuando terminamos con las bolsas busque mi libro que había dejado tirado en el sofá, Harry entro a su habitación diciendo que necesitaba bañarse.

Busque entre tanta receta algo rico para comer, Harry me había preguntado que me había picado que quería hacer algo que no suelo hacer, pensé que quizá hacer algo rico para un miércoles era lo mejor, además que estaba cansada de solo estar encerrada en mi casa.

Al fin me había decidido a hacer espagueti a la boloñesa, es algo fácil y rico de hacer. Por suerte me excedí un poco de lo que quería comprar cuando pasábamos en cada pasillo. Harry al principio estaba molesto y me regaño diciendo que era demasiado, pero se enojó aún más cuando le dije que yo lo pagaría. Lo más gracioso que se le paso el enojo cuando paso un chico lindo cerca de nosotros y me sonrió.

Comencé a poner el agua a hervir y a picar el ajo y cebolla para la carne, puse a calentar la olla para la salsa y la carne.

Diez minutos después ya estaba la carne bañada con la salsa, estaba esperando a que el agua hirviera un poco más y metí la pasta. Harry apareció en el alumbrar de la puerta con el cabello ligeramente húmedo y el torso descubierto, me sonroje al verlo y quite la mirada para poder fijarme en la carne.

Harry' pov

Verla sonrojarse es una de las cosas que más me encantan de ella.

Sonrío complacido al ver como se giró y arreglo su cabello detrás de su oído, me acerque a ella y me recosté en la alacena viendo como evitaba mi mirada, simulaba estar realmente interesada en como la paleta revolvía la carne.

-me sorprende como aun te sonrojas –digo juguetón.

-idiota –dijo en susurro, saque una risa llamando su atención, la vi fruncir el ceño –no le veo lo gracioso.

-oh, yo le veo más que gracioso –mi voz salió ronca haciendo que ella se tensara. Podría jurar que vi como su piel se erizaba.

Me despegue de la alacena y di un paso hacia ella que por reflejos dio un paso hacia atrás, seguí mi camino alejándola de la estufa, cuando estaba cerca de las dos ollas les baje el fuego teniendo mi mirada justo en los ojos de Jade quien también me veía. Al llegar a uno de los rincones donde una alacena se junta con la otra formando un medio cuadro fue donde ella dio un brinquito al sentir el contacto de la madrea.

Parecía una presa indefensa, podía incluso escuchar su corazón palpitar, coloque mis manos en la madera aprisionándola. Incline mi cabeza un poco para tener mejor visión de sus ojos. Se mordió el labio.

-¿te he dicho alguna vez lo apetecible que te ves cuando te sonrojas y te muerdes al labio? –mi tono coqueto hizo que ella tragara saliva.

Me acerque a su rostro sintiendo su respiración caliente en mis labios chocando con la mía. No podía resistirme mas a ella, es como si le pusieran un dulce enorme en frente a un niño. Ella estiro un poco su cuello y unió sus labios con los míos, y Dios, que cosa más...

El Boxeador Es MioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora