-Cuéntame de ti, nena. -dijo Harry mientras movía su vaso con algún liquido alcohólico y se acomodaba en su asiento.
Habíamos llegado a un restaurante no muy lejano de la casa de Sam y había agradecido eso. Sam y Cody estaban hablando alegremente frente a nosotros. Ya habíamos pedido nuestra comida que consistía en una pizza, Cody había pedido una bebida igual que Harry mientras que Sam y yo habíamos pedido una Coca-Cola.
-Preferiría que no me digas 'nena' -dije, aclarando lo incomoda que me hacía sentir al oír esa desagradable palabra. - y... ¿Qué quieres que te cuente?
-Mmm -dijo poniéndose pensativo, luego me dio una sonrisa coqueta. - comencemos con lo más simple ¿Cuál es tu pasatiempo favorito?
-Creo que sería practicar ballete -dije mientras me encogía de hombros y el rio -¿te burlas?
-No, no es eso. Es solo que tenías apariencia de que te gustara la música o la lectura -sonrió.
-Bien... ¿y tú?.
-Bueno... es algo distinto a lo tuyo obviamente. -rio tranquilamente -me gusta... boxear -dijo como si estuviera disfrutando de la charla -la cual solo acabamos de tener-.
-¿De qué hablan ustedes? -interrumpió Cody mientras nos sonreía.
-Le contaba sobre mi sencillo trabajo. -dijo Harry mientras tenía una sonrisa torcida plantada en su bello rostro.
-¡Oh! -Exclamo Cody -Harry es un increíble boxeador, aunque por ahora no ha peleado.
-¿Por qué? -pregunto Sam mostrando curiosidad.
-Harry es un buen luchador, pero su entrenador le pidió que por ahora no realizara ninguna pelea ya que podría matar a su contrincante. -rio Cody, Sam y yo lo vimos confundidas pero algo asombradas.
-Estas bromeando -dije sonriendo nerviosa.
-Sí, lo estoy. -dijo Cody asintiendo. -Harry ha dejado las peleas desde que su entrenador murió
-Oh, lo lamento mucho -Dijo Sam mientras colocaba sus manos en su boca.
-No es nada en realidad, aun no he encontrado a un entrenador adecuado como para pensar volver a las peleas, así que ahora me dedico solo a entrenar o darle clases a chicos que quieran romperse la cara. -dijo encogiéndose de hombros.
-Eso es... no, en realidad no tengo idea de lo que eso podría decir que es -dijo Sam y todos reímos.
-Jade ¿tu cómo vas con lo de tus clases? -me dijo Cody, mientras bebía todo el líquido que le quedaba en el vaso.
-Voy muy bien, pronto tendré mi baile de presentación.
-¿Qué es eso? -preguntó Harry.
-Cada año Jade y sus compañeras de ballete tienen un baile en el teatro y tienen la oportunidad de alguna beca o solo para llamar la atención de niñas para que entren a la escuela. -dijo Sam cuando por fin nos habían traído nuestra pizza y al instante todos tenían un trozo de ella.
-¿Ya has tenido una beca? -dijo Cody cuando le colocaba salsa de tomate a su pizza.
-He tenido varias oportunidades, pero por ahora no los necesito, estoy pensando en estar un año con más práctica y luego poder adicionar.
-Te ves decidida nena. -dijo Harry, y yo rodee los ojos al volver a oír cómo me llamaba.
Había pasado como 1 hora. Harry, al paso de que teníamos un poco más de confianza, me intentaba coquetear diciendo cosas que me sonrojaban y me molestaban.
''Una bella bailarina'' sonríe ''creo que me encantaría ver un baile de esos solo si tú eres la bailarina principal'' fueron algunos de sus intentos de coqueteo.
Por fin habíamos salido del restaurante y Cody nos llevó a casa de Sam. Cuando ya estábamos allí Cody pidió hablar con Sam solo un momento, algo que ni Harry ni yo nos pudimos negar y salimos del auto caminando hasta la puerta.
-Me gustaría salir contigo, nena -dijo con su sonrisa-que creí típica- torcida.
-Ni lo pienses. -dije negando.
-¿Qué tengo de malo?.
-Nada, es solo que no me gusta que los hombres no paren de coquetear conmigo como si fuera una cualquiera.
-Oh nena, yo jamás he pensado que eres una cualquiera, es solo que me pareces muy linda. -sonrió coqueto y yo bufe.
-Algún día nos veremos. -dije por última vez.
Sam se acercó a mí y nos despedimos de ambos chicos, entramos a su casa y aguante los gritos de mi amiga mientras me hablaba de Cody hasta que quede dormida.
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El Boxeador Es Mio
Teen FictionDos caminos diferentes son unidos, llámalo destino o simplemente coincidencia. Dos personas, más bien polos opuestos, se encuentran para formar recuerdos, desagradables o hermosos. Una bailarina, con pasos tan delicados como un cisne, pasos estudiad...