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Sentía esa sensación de nervios, mis piernas flaqueaban, mi respiración se aceleraba un poco, pero lo que me mantenía segura era la mano de Luke enganchada a la mía. El me ayudaba a sentirme bien justo en este momento.

-¿Estas seguro? –le pregunte.

El sonrió y me dio un beso en la frente.

-Por supuesto. ¿Tu lo estas? –me pregunto.

Negué. Estábamos afuera de la casa de mi padre, aun no se mudaban de casa. Luke quiso traerme hasta aquí para decirle a mi padre que Luke y yo nos habíamos casado apenas ayer.

-Zara, sabes que tienes mi apoyo si tu padre te rechaza. Recuerda, en las buenas y en las malas.

-De acuerdo.

Llame al timbre esperando que abrieran la puerta. Hace días que no estaba en mi casa, claro que diario le hablaba a mi padre para avisarle donde estaba y que supiera que estaba bien. Ayer quise marcarle, pero no contesto, probablemente se fue a arreglar cosas de la mudanza.

Llame de nuevo al timbre y no abrieron la puerta. Me asusto el celular de Luke que comenzó a sonar.

No le preste atención a la llamada de Luke, seguí tocando el timbre.

-Vámonos, Zara. –dijo Luke tomándome del brazo izquierdo.

-¿Por qué? ¿Qué pasa? –pregunte preocupada.

El ceño de Luke se veía preocupado, lo cual me preocupo a mí también.

-Pero mi padre...

Luke me llevo rápido hasta la camioneta y me subió a la parte de los asientos traseros, cerro con seguro la puerta y corrió hasta el asiento del piloto. Todo sucedió muy rápido, escuche dos disparos, lo cual me paralizo por el ruido tan fuerte.

-Luke..... –dije con voz temerosa.

Luke puso en marcha la camioneta y comenzó a manejar a mayor velocidad.

-¡Agáchate! –me grito.

Asentí y me acosté en el asiento trasero, mientras el manejaba rápido. Notaba como Luke miraba por el retrovisor para ver si nos seguían persiguiendo. No se como me sentía exactamente en este momento, solo podía taparme los oídos y cerrar muy fuerte los ojos.

Seguía escuchando varios disparos. Comencé a llorar en silencio, abrí los ojos y me senté en el asiento para ver hacia atrás.

-Zara, ¡agáchate, maldición! –me grito molesto Luke.

Hice rápidamente lo que me pidió. Nunca Luke me había gritado así. De nuevo me acosté, me tape los oídos y cerré los ojos, mis dientes temblaban, no quería morir. No quería que Luke muriera, el no, no podía perderlo.

No se cuanto duro la persecución. Sentí un alivio cuando Luke freno la camioneta, escuche que abrió su puerta y fue hasta mi puerta para abrirla.

-Zara. –me hablo ahora suavemente.

Me quite las manos de los oídos y abrí los ojos. Me senté en el auto y vi a Luke parado observándome, su rostro lucia más pálido de lo normal.

-Te amo. –me dijo.

Asentí entre lágrimas. Me ayudo a bajar del auto y lo abrace fuertemente.

-Te amo mucho, Luke. –dije llorando.

Luke también me abrazo fuerte. Ambos pudimos haber muerto, de solo pensarlo sentía mi cuerpo flaquear.

-No me dejes, nunca lo hagas por favor. –le suplique.

BREATHE (l.h)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora