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Una vez mi hermano y yo estábamos en el patio trasero jugando, obvio yo tenia como 8 años y el 10 años. Corríamos por todo el jardín, el quería atraparme y justo cuanto lo hizo caímos juntos a la tierra, ambos nos ensuciamos, pero nunca lloramos por la caída, al contrario, reímos como locos. Recuerdo que me estaba sacudiendo las manos después de haberme levanto del piso, cuando de repente me cayó agua helada. La sensación me paralizo por un momento y después me hizo reaccionar, mi hermano me había echado una cubetada de agua helada. Bueno, pues así me sentí cuando Luke dijo eso de: “Y tu deje de ser hermosa”

Así me siento justo en este instante ahora que lo tengo frente a mí. El me volvió a mirar y comenzó a reír. ¿Ahora que le pasa?

-Tú, ¿realmente te creíste lo que te dije? –pregunto burlándose

-¿Te creíste lo de Arrogante? –pregunte casi retándolo.

-No.

-Deberías de creerlo.

-Simplemente no me sigas de nuevo, no quiero tu amistad. ¿Lo entiendes? –dijo serio.

-Ni quien quiera ser tu amigo. –dije cortante.

-Eso espero.

                                            ********************

El reloj dio las 8:00 pm. Estaba sola en casa, mi padre se había ido a una cena con su jefe, mientras que mi hermano se fue de fiesta con los de la universidad.

Salí a la calle, aun había gente en ella. Había señores llegando de su trabajo, niños con sus hermanos y amigos jugando al futbol en la calle. Me pare a observar a esos niños jugar, justo cuando note a lo lejos a un chico correr, no podía ver bien por la falta de luz.

-¡Bolita, por favor!

Deje de observe al chico que corría. Y vi como los niños esperaban que les lanzara el balón que estaba a mi lado. Me agache y tome la pelota, se las lance con las manos.

-¡Gracias!

-¡De nada! –les respondí.

Los niños siguieron jugando futbol. Me iba a dar la vuelta para entrar a mi casa, cuando sentí que alguien se apoyo en mi hombro derecho.

-¿Luke? –pregunte extraña.

Su respiración era acelerada, mientras trataba de agarrar mas aire.

-¿Qué haces… -no me dejo terminar.

-No importa. –dijo con voz acelerada. –Necesito que me dejes entrar a tu casa.

-¿Qué? No. Eres un completo extraño. Además, si no mal recuerdo hoy me dijiste “Aléjate de mi.” ¿Por qué tendría que dejarte entrar a mi casa? –dije sonando arrogante como el.

Su mirada era de desesperación, nunca lo había visto así. Tal vez debería ayudarlo, debe de ser algo grave y yo aquí de idiota fingiendo ser algo que no soy.

-Entremos, pero solo por un momento. –dije seria.

El asintió y ambos entramos a mi casa. El se sentó en el sillón a un no se recuperaba de lo que había corrido.

-¿Quieres agua? –le pregunte.

-Por favor. –respondió.

Regrese de la cocina con su vaso con agua, el tomo casi todo de un solo trago. Me sente en el mismo sillón que el.

-¿Qué te paso? –pregunte.

-Una pelea.

-¿Con quien te peleaste?

-No importa ya, Zara.

El volteo a verme y pude notar que su ceja izquierda tenia un corte del que salía sangre. Me preocupe por ver su herida, no era grave, pero no dejaba de preocuparme por el simple hecho de ver sangre.

-Te hirieron. –dije preocupada.

-No es grave, ya sanara.

-Espera, ¿Dónde mas te hicieron daño?

-Zara, déjalo ya.

-Te hice una pregunta, responde. –dije un poco molesta.

-En la costilla me dieron un puñetazo.

-Ahora vengo. Espérame.

Me pare del sillón y el tomo mi mano derecha haciendo que me detuviera.

-¿Qué harás? –pregunto.

-Por el botiquín.

-No es necesario.

-Lo es.

-Zara, lo lamento.

-¿Por qué?

-Por portarme tan…. –dudo en decir lo último.

Orgullo. Eso no lo dejaba terminar la frase.

-¿Arrogante?

-Perdón por ser tan Arrogante, imbécil y grosero contigo. –dijo al final.

Sonreí divertida. El frunció el seño por como había reaccionado.

-¿Dije algo gracioso? –pregunto el.

Me agache frente a el, aun estábamos de la mano.

-Luke, tu no eres así…. A lo que me refiero es que, tú no eres todo eso que dijiste antes, y no entiendo tus motivos por haberte comportado así conmigo, pero no importa. Solo olvidémoslo y empecemos de cero.

El soltó su mano de mi agarre y por un momento odie que hiciera eso.

-Luke Hemmings. –dijo estirando su mano para tomarla.

Sonreí.

-Zara Keely. –dije tomando su mano.

-Mucho gusto, señorita Keely. –dijo el por primera vez sonriéndome.

Me hizo sonrojar esa miraba.

-Iré por el botiquín. –dije levantamos del sillón.

El asintió algo incomodo. Camine un poco y voltee a ver a Luke.

-Y por cierto. –dije asiendo un pausa. –No creo dejar de ser hermosa

El me sonrió.

-No dejes de serlo nunca. –me respondió.

Gracias por seguir leyendo. Lo siento por no haber subido capitulo ayer, pero no tu ve internet.  Recomienden la novela a sus amigas por favor  :)  

BREATHE (l.h)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora