Capítulo 9: Beso inocente

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-¿Todos estos vienen contigo?

-Apostaremos todos.

-Sí te preguntan quién os ha dejado pasar ha sido Richard ¿entendido?

-A la perfección.- Ethan sonrió al tipo alto que llevaba una americana hecha un asco y les selló la mano a cada uno a medida que iban pasando al descampado que se situaba a un par de quilometros por una carretera abandonada que ni siquiera saldría en el mejor GPS del mercado.

-¿Para qué nos han sellado la mano?- Preguntó Ethan mientras se miraba la mano dónde aquel tipo le había marcado con un sello que dejaba la forma de una estrella de ocho puntas.

-Esto significa que tenemos permiso para apostar y alquilar motos por sí alguien se anima a participar.

-¿Alguien ha dicho motos?- Alex, quién caminaba sujetándose del brazo de Rubén tambaleándose de vez en cuando hacía delante, mostró una sonrisa dónde podía verse todos sus perfectos dientes.

-Nada de motos, Alex.

-¡Ethan...!

-No.

-¡Pues entonces tú tampoco vas a correr en las carreras!

-Es que no pensaba hacerlo.

-Eso ya lo veremos.- Dijo Darío con el comenzamiento de una sonrisa, pero Ethan le ignoró por completo y buscó con la mirada a Alicia y a Claire, quiénes se estaban quitando los tacones para caminar descalzas.- ¿Ya os duelen los pies?

-Tu no sabes lo jodido que es andar con tacones de aguja de quince centímetros por aquí.- Replicó Alicia mientras se ponía sus tacones marrones de aguantes y Claire se los ataba en un estribo de su pantalón.

-¡Ya escucho los motores!- Exclamó Alex, quién estuvo por los pelos de caerse al suelo sí no hubiera sido por el amarre de Rubén. El chico la había cogido por el brazo y la llevaba prácticamente a rastas, pero no se quejo en ningún momento.

Ethan se quedó observando a la peculiar pareja de amigos y se preguntó sí realmente Rubén le gustaba su hermana, y sí así era, el chico rezaría por él por haberlo hecho. El chico dudaba completamente que Alex volviera a enamorarse de alguien y Rubén siempre había sido una raza en peligro de extinción en que aspiraba a una relación y no a un rollo de una noche. Resumiendo, Ethan, aunque lo intentase mirar por dónde lo intentase mirar, no podía imaginarse a ese par juntos. Pero era una lástima porqué Rubén sería uno de los pocos chicos que Ethan aceptaría como chico para que cuidase a su hermanita. Pero para eso antes Alex tendría que aprender a confiar y olvidarse de su sexto sentido para ver la maldad en las personas.

Y que Rubén se hiciera un tatuaje.

-Gasolina ¡Dios! Adoro ese olor.- Exclamó Darío respirando hondo y tomó un poco de la botella que él llevaba de JB con algo que había mezclado que le había dado un color azul a la bebida.

Ethan se centró en su alrededor y a los pocos segundos escuchó gritos, clacksons de motos y coches, y botellas rompiéndose en el suelo. Enseguida el grupo de seis chicos comenzaban a estar rodeados de más personas que se amontonaban en masas y comenzaban con las apuestas y alquilando motos para correr por un precio considerable con los promotores que llevaban el negocio. Ethan vio tarimas hechas con una montaña de ruedas de coches y en la cima un tabla de madera dónde bailaban un par de chicas provocativamente y dónde se podían ver el color de su ropa interior.

La música sonaba fuerte, pero Ethan era incapaz de identificar que música era. Solamente era a lo que Héctor le llamaría ruido. No había ni cantante ni ningún instrumento que le diera ritmo a la música. Y el chico en esos momentos se odió así mismo por acordarse de su amigo y como él diría algún comentario sarcástico diciéndole que esas chicas le estaban mirando cuando él sabía perfectamente que no le interesaba que le mirasen las mujeres. Y después Ethan le devolvería alguna contestación advirtiéndole que era capaz de seguirle el rollo a las supuestas chicas con las que había ligado para no dejarle ninguna. Y ambos se hubieran reído. Ethan lo sabía, y le dio más rabia todavía por pensar en su mejor amigo después de la forma en que había actuado con él. Él sabía que no lo había hecho bien con el tema de Desiré, e incluso Rubén le había convencido para ir mañana al partido con él y animarles, dándole así una disculpas a la entrenadora. Pero que Héctor se pusiera así con él le quito las ganas de poner de su parte para remediar sus errores.

Perdona pero, me he encaprichado de ti (Segunda Temporada de PPTVDM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora