-¿Dónde está tu madre?
-Con Estrella y Sol esperando en la habitación de mi padre a que lo bajen del quirófano. Todavía no puedo creerme que todo haya salido bien.
-A mi no me sorprende.- Contestó Alicia a Héctor.- Tu padre es un luchador.
Se hizo un silencio largo mientras ambos seguían descansando en uno de los bancos de los jardines del exterior del hospital. Cuando el cirujano había salido de la operación de Ángel todos los Ruíz y Ortiga se habían lanzado a él, en búsqueda de respuestas. El especialista se había dedicado a sonreír y a dar las buenas noticias, pero advertir que no todo era definitivo y que tenían que ver como evolucionada Ángel después de la operación. Aunque eran las mejores noticias que se podían esperar después de esa compleja operación.
Después de eso, Héctor se había marchado y Alicia le había seguido. El chico le había explicado que necesitaba salir y despejarse, y ella le pidió permiso para acompañarle. Él le había sonreído y Alicia había entendido que su presencia no le molestaba. Pero ella, al ver esa actitud tan deshinchada que tenía su amigo, se dio cuenta que algo circulaba por su mente.
-¿Qué te ocurre?- Preguntó Alicia.- Tu padre acaba de salir de una operación muy compleja sano y salvo, deberías de estar bailando con unas maracas.
-No tengo unas maracas para bailar.
-Hablo en serio, Héctor. ¿Qué pasa?
-Hace unas horas he tomado una decisión que me va a separar de una persona que quiero. Me he visto obligado a tomarla, pero eso no significa que sea feliz.
-¿Hablamos de Valeria?
-Es un poco más complicado que Valeria.
-Creo que te entiendo.- Susurró Alicia.- También me siento que las decisiones que he ido tomando estos últimos meses iban de mal en peor. Tengo miedo de hacer daño a la gente que quiero, pero tampoco sé cómo no hacerlo.
-¿Hablamos de Dante y Neal?- Alicia asintió con su cabeza.- Si yo estuviera en tu lugar haría lo que mi corazón me dijera. Puedes amarlos a los dos, pero siempre hay alguien que te hace sentir más.
-¿Y si el que te hace sentir más es peor para ti que el que te hace sentir menos? ¿Qué hago?
-Menudas preguntas haces.
-Estoy hecha un lío.
-Normal.- Héctor mostro una de sus sonrisas burlona y Alicia al ver que había conseguido arrancar un rostro contento a Héctor, no pudo evitar devolverle la sonrisa.- Haz lo que quieras, Alicia. Tú tienes elección.
-Todos tenemos elecciones.- Replicó ella.- Lo que pasa es que tienes miedo de estar con Valeria.
-¿Con qué miedo, eh?
-No sé qué narices hay entre vosotros ni vuestra historia.- Empezó a explicar Alicia.- Pero ni siquiera un océano ni un mar debería de separaros. No cuando está claro que os amáis y que necesitáis estar juntos.
-¿Y si lo hace? ¿Si hubiera un mar que nos separase, qué hago?
-Menudas preguntas haces.
-Alicia.- Dos voces muy parecidas llamaron la atención de la muchacha. La chica voleó su rostro hacia la dirección de donde provenían esas voces y se encontré con dos chicos físicamente parecidos, pero con personalidades completamente distintas.
Cuando Dante y Neal se acercaban a los dos jóvenes, Héctor se disculpó con una excusa sin sentido y se marchó de nuevo al interior del hospital. Alicia se levantó del banco y se colocó en frente de los dos hermanos.