-¿Seguro que no quieres nada?
-Tu hermano me ha obligado a comer algo antes.
-Pues no lo parece.- Alicia dejó de mirar el camino de tierra por el que caminaban y alzó su cabeza para encontrarse con esos ojos verdosos.- Te ves más pálida de lo normal.
-¿Y se supone que comer va a darme color a la piel?
-Bueno, hay un hombre que se paso tres meses haciendo la dieta de la zanahoria y su piel pasó de ser blanca a ser naranja.
-Deja de burlarte de mí, Neal.- La muchacha se detuvo y escondió sus manos en el bolsillo de su chaqueta lila.- Si te estoy aguantando es por Dan, no por ti.
Esas palabras parecieron ser las justas para que ese muchacho también se detuviera y dejase de sonreír ligeramente. En esos momentos se encontraban en los jardines del exterior del hospital dónde estaba ingresada Daniela, y llevaban caminando un buen rato bajo el cielo gris que se había formado de buena mañana. En esos momentos Alicia sentía un frío doloroso en sus huesos. No solo era porque se había levantado un viento que cada diez segundos removía el cabello oscuro de Neal, sino que también no soportaba tener tan cerca y tan lejos al mismo tiempo un chico que le había hecho tanto daño y que la había cautivado tan rápidamente.
-Perdona, Alicia. No era mi intención que te sintieras ofendida.
-¿Con esta disculpa de qué te estás excusando exactamente? ¿Por haberme utilizado un sinfín de veces para poner celosa a tu novia, por haberme convertido en el motivo perfecto para terminar con ella, por darme esperanzas una y otra vez de un nosotros o por burlarte de mi color de piel?
-Por tu color de piel, por supuesto.- Alicia puso sus ojos en blanco y desprendió un suspiro resignado, mientras que Neal parecía buscar dentro de su cabeza la respuesta correcta.- Es broma, Alicia. No hace falta que suspires cada vez que abro la boca.
-¡Es que me desesperas, Neal!- Exclamó finalmente la joven.- ¿Es que no entiendes que quiero entenderte pero que no encuentro la forma de pillarte? Un día te comportas como un idiota y al día siguiente eres el chico más increíble que he conocido en mi vida.
-No soy increíble. Alicia. Solo te lo parezco.
-Pues lo haces muy bien.- La muchacha se encogió más en ella misma al momento en que percibió una corriente de aire frío rodearla y al mismo tiempo en que esos ojos verdes la contemplaban con intensidad.- ¿Qué significo para ti, Neal?
-¿Cómo?
-La respuesta es sencilla. Solo quiero saber que significo para ti. Porque has hecho lo que has hecho conmigo. Que piensa ahora mismo tu cabeza cuando me miras.
-El problema es que mi cabeza nunca funciona cuando tú estás cerca, Al. Sino lo último que hubiera hecho es hacerte daño.
-Alex me dijo que habló contigo este domingo pasado, cuando tú jugaste un partido de fútbol en el internado y yo en esos momentos estaba conociendo a tu hermano en persona. Solo me explicó que te habías enterado que estaba conociendo a un chico, pero no me quiso decir que le contestaste.
-¿Y esto significa qué quieres saber mi reacción?- La muchacha se quedó en silencio, dándole a entender aquel joven la respuesta de Alicia. Esta vez quién desprendió un suspiro de rendición fue él, pero no apartó en ningún momento su mirada verdosa de la dorada de aquella chica.- Por un momento la rabia me invadió, pero luego pensé que no tenía derecho a actuar de esa forma. Te había hecho llorar y ahora otro chico te estaba haciendo sonreír. Por mucho que te duela cuando alguien te importa tienes que darle lo mejor para ella, aunque eso signifique alejarla de ti.
