-Por favor, sentaos y poneros cómodos. La cena la traerán enseguida.
Ethan miró los pasos de Gideon, quien intentaba sentarse al lado de su hermana. El chico de ojos azules le hubieran encantado sentar a Gideon a cinco metros de Alex, pero para Ronald –el padre de Darío- Gideon y Alex eran hermanos, Alex la novia de su hijo y para terminar de rematar la historia Ethan pareja de Gideon. Ethan todavía se preguntaba que podría haber hecho en el pasado para que le tocase vivir estas experiencias.
Finalmente, Darío consiguió sentarse al lado de su nueva novia, y en el otro lateral de la mesa Ethan y Gideon, quedando presidente de la mesa el padre de Darío. Inesperadamente aparecieron un hombre y una mujer para servir las bebidas y Ronald propuso hacer un brindis por el nuevo grupo de amigos de su hijo.
-Y, dime Alexandra ¿Cómo os conocisteis Darío y tú?
-Padre, somos compañeros de clase.- Darío mostró una de sus sonrisas, parecía que se estaba burlando de él, pero solo estaba intentando mostrar su fachada de chico encantador.
-Ya, pero supongo que tendréis una historia que explicar ¿no?
-Oh, por supuesto.- Intervino Alex.- Su hijo y yo realmente comenzamos a hablar cuando entró en el equipo de voleibol. La entrenadora nos puso como pareja para competir contra otras parejas en el entrenamiento y entonces la química empezó aparecer ¿verdad, amor?
-Conseguí que en un solo día todas las animadoras odiasen a Alex por estar pendiente de ella.- Ronald comenzó a reír y los demás le siguieron el rollo, pero Ethan en esos momentos no pudo evitar poner sus ojos en blanco. Este chico interpretando a un hetero seguía siendo igual de creído.
-¿Y qué planes de futuro tenéis pensados?
-¿Planes?- Inquirió Alex un tanto sorprendida mientras llegaban los entrantes. Una sopa de verduras.- Bueno, la verdad es que su hijo y yo llevamos poco tiempo saliendo y no hemos…
-Hemos hablado sobre las universidades que tenemos pensadas ir.- Interrumpió Darío.- Le he ofrecido que podría venirse a estudiar conmigo a la Universidad de Oxford y cuando nos graduásemos podríamos vivir en New York o en Hong Kong.
-¿Y su respuesta ha sido?- Ronald miró a Alex, quien parecía un tanto nerviosa. Algo que fue sorprendente incluso para su mellizo.
-Yo prefiero vivir en Londres, pero supongo que lo decidiremos sobre la marcha.
-Por supuesto.- Ethan observó como Darío se acercaba a su hermana y dejaba sobre sus labios un fugaz beso que hizo sonreír a su padre. Ethan sintió una punzada extraña en su pecho, cerca de su corazón. Era una sensación irritante pensar que ese beso podía significar algo para ambos, cuando en realidad todo eso era puro teatro. Aunque Ethan podía percatarse como se divertía Alex poniendo celoso a Gideon, quien por supuesto caía rápidamente en el juego.
-¿Y ustedes?- Preguntó Ronald con un rostro más sereno.- Me imagino que no tendrán muchos planes hechos ¿verdad?
-Oh, la verdad es que sí y muchos.- Comenzó a explicar Gideon.- Estoy esperando que Ethan se saque el bachillerato para podernos ir a estudiar a la Universidad de Harvard y mientras yo me saco un máster él pueda estudiar la carrera de podología.
-¿Podología?- Inquirió Ronald mirando a Ethan.- Una carrera interesante.
-Oh, sí.- Contestó Ethan.- Ya sabe: me fascina el mundo de los… pies.- Ethan miró de reojo a Gideon quien sonreía con una diversión palpable en su rostro. Estaba claro que esto estaba siendo un castigo para Ethan por todos los pecados cometidos en su vida anterior.
-Supongo que sus padres estarán al tanto de su… bueno, no sé exactamente como definirlo.
-Relación estable.- Comentó Ethan, aprovechando para estudiar el rostro de Darío. Había puesto los ojos en blanco.- Nuestros padres están encantados con todos los planes que tenemos hechos.
