Capítulo 77: una se cierra y otra se abre

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-Papá, basta.

-Tienes que comer para poder tomarte los calmantes.

-Me he tomado un calmante hace cuatro horas y comeré comida del hospital cuando sea comestible.- Las palabras de Ethan hicieron reflexionar a Félix, quien se quedó observando el yogurt con trozos de fruta –o eso es lo que aparentaba-. El hombre arrugó su nariz y asintió dejando el yogurt en la mesita.

-Cierto, pero pienso enviarle un mensaje a tu madre diciéndole que compre algo por el camino.- Félix cogió su móvil y empezó a teclear mientras Ethan ponía sus ojos en blanco.- Listo.

-Veo que ya estáis mejor.- Félix se encogió de hombros.

-Nunca hemos estado mal, solo diferente.

-¿Ella te ha contado…?

-¿Qué está conociendo a otra persona? Sí. Lo ha hecho.

-¿Y cómo lo llevas?

-No lo sé.

-Tengo que reconocer que esas no eran las palabras que esperaba escuchar.

-Creo que no sirve de mucho decir que es lo que pienso o cómo me siento. Eso no va a cambiar las cosas.

-Lo sé.- Ethan dejó de mirar a su padre y su mente viajó a ninguna parte.- El amor es una mierda.

-Creo que esa charla os la dio Daniela a Alex y a ti hace varios años.

-Oh, sí.- Ethan no pudo evitar liberar una sonrisa burlona.- Fue algo ridículo y vergonzoso. Creo que los padres nunca deberían de dar esas charlas.

-Estoy de acuerdo contigo.

-Por cierto.- Interrumpió Ethan.- ¿Dónde ha ido mamá?

-No me lo ha querido contar.- Susurró Félix mientras se encogía de hombros.- Dijo que era una sorpresa.

-¿Una sorpresa para quién?

-Esa no es mi pregunta.- Empezó a decir Félix.- Ayer por la tarde, cuando tú y Héctor caminabais por ese callejón de Barcelona y te dispararon, ¿a dónde demonios ibais? ¿No tenías entreno de baloncesto?

-Bueno…- Ethan guardó silencio unos segundos, valorando que debía decirle a su padre: la verdad o una mentira. Obtuvo por la primera, ya ha habido bastantes mentiras.- Fui a ver a Darío al centro.

-¿Qué?- El rostro de Félix pasó por varias fases: sorpresa, frustración, indignación, más sorpresa y más frustración.- Te dije que no volvieras a ese lugar. ¿En qué narices estabas pensando?

-Quería ver como estaba Darío y había encontrado el modo de colarme.- Ethan se encogió de hombros.- Ha cambiado.

-¿En qué sentido?- Ethan alzó una de sus cejas y Félix lo entendió al momento.- Lo siento, Ethan. Hay gente que…

-¿Qué carece de personalidad?

-Que no tiene la suerte que tienes tú.- Respondió Félix.- Puede parecerte que sea por una falta de personalidad, pero es una forma de sobrevivir. Una persona puede intentar ser de una forma permanentemente, pero eso nunca funciona. Tu madre lo intentó para complacernos a todos e intentar recuperar su memoria, pero no lo logró y explotó. Ahora cuando la veo, veo a la Dani que quiero con locura. Solo que ella no me corresponde. Eso es lo que le ocurrirá a Darío. Nada puede escoger como ser, solo ser quién es.

Antes que Ethan tuviera oportunidad de responder a su padre, alguien tocó la puerta. Los dos dieron permiso y esta se abrió. Una mujer de cabello rubio sonriente y un joven de ojos miel, aparecieron detrás de la puerta abierta. Ethan se reincorporó prácticamente al momento al encontrarse con Darío, un paso detrás de Daniela. Ella hizo un gesto a Félix para que saliera de la habitación y dejó que Darío entrase. Sin dar muchas explicaciones, la puerta volvió a cerrarse y los dos jóvenes se quedaron a solas.

Perdona pero, me he encaprichado de ti (Segunda Temporada de PPTVDM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora