Félix picó a la puerta y una voz aguda le dio permiso para entrar en la habitación de invitados. Cuando el hombre abrió la puerta se encontró con una Daniela maquillada y con un recogido que mostraba sus delicadas facciones. Todavía llevaba puesto el albornoz y su vestido descansaba encima de la cama. Daniela se acercó a Félix y le mostró dos pares de pendientes.
-¿Perlas o esmeraldas?
-Me gustan las esmeraldas.
-Y a mí.- Daniela mostró una de sus sonrisas y se acercó al espejo para ponérselas. Félix se acercó a la cama y con cuidado de no sentarse encima del traje que iba a llevar Daniela para la ceremonia, se sentó mientras la contemplaba.
-¿Estás nerviosa?
-Bueno, las bodas siempre ponen nerviosos a todo el mundo.- Daniela se miró una última vez en el espejo y después miró a Félix.- ¿Por qué me preguntas eso?
-No lo sé.- Félix se revolvió sus rizos con sus manos y después las dejó caer encima de su rodillas.- No me hagas caso. No sé ni lo que digo.
-¿Qué es lo que ocurre?
-Esto me parece una locura.
-Félix…
-No, Daniela. Lo digo en serio.- Félix se levantó de la cama y se acercó a Daniela.- Dudo mucho que en esta boda haya amor.
-Como se nota que no sabes ni lo que dices.
-¿Y cómo quieres que actúe? Es normal que esté así ¿no?
-¿En la boda de tu hermana pequeña? Bueno, creo que te falta la escopeta para amenazar al novio delante de todos los presentes.
-Es solo una cría.
-Pero si le saca diez años al novio.
-Nueve años. Héctor ya es mayor de edad.
-Y por eso mismo, nadie puede impedir que se casen y se vayan a vivir a Londres. Piensa que si Valeria no está casada y con empleo fijo no podrá adoptar a Lucas, y ahora que ha despertado del coma después de un año, necesita a alguien que cuide de él.
-¡Vale!- Exclamó Félix.- Me rindo. No se puede discutir contigo.
-Porque sabes que tengo razón.- Contestó Daniela.- Héctor es un chico increíble y quiere con locura a tu hermana. Solo hay que verlos.
-Pero casarse…
-Solo es un papeleo, Félix. Han decidido casarse con cura porque a Ángel y Desiré les daba ilusión, nada más. Hoy en día, con el divorcio, nadie es consciente de la importancia que tiene decir “Sí, quiero”.
Daniela cogió su vestido morado y se quito el albornoz. En cuestión de segundos se colocó el vestido y después se acercó a Félix de espaldas, mostrándole la cremallera.
-¿Me ayudas?
-Si tus intenciones de desnudarte delante de mí son para provocarme, felicidades, lo estás consiguiendo.- Félix obedeció de forma obediente y después volteó a Daniela con sus manos colocadas en su cintura.
-Esas no son mis intenciones.- Musitó Daniela mientras colocaba sus manos por la nuca de Félix.
-¿Y qué intenciones tienes para después de la boda?
-He quedado con un hombre muy atractivo.
-¿Tiene el pelo rizado?
-Muy, muy rizado.
-Pues sí que tiene que ser atractivo.- Esas palabras hicieron reír finalmente a Daniela, y Félix se sumó con rapidez a las risas. El hombre de mirada chocolate intentó besar a Daniela, pero ella ladeó su rostro.- Deja de rechazarme. Sabes que quieres besarme.
