Capítulo 14: Arbustos

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Alex percibió como una gota de sudor resbalaba por su frente hasta sus mejillas. La joven pasó sus muñequeras por la zona humedecida y cogió aire con fuerza. El partido estaba más que ganado, y eso la mantenía tranquila. Pero Alex quería ser la última en dar el toque de gracia en el partido, y estaba dispuesta a conseguir un mate perfecto sí o sí.

Antes de que Neal sacase el punto que finalizaría el último set del partido, Alex escondió sus manos detrás de su espalda e hizo una señal con sus dedos, para que sus compañeros conocieran la jugada que estaba dispuesta a hacer. Un par de segundos más tarde, el chico de cabellos negros y ojos verdes, sacó y la pelota sobrevoló la red hacía el otro campo. El equipo visitante recepto el golpe y la pasaron de nuevo al campo dónde se encontraban el grupo de Las Dominicas. Héctor la colocó directamente delante de la red, listo para que Ethan hiciera un mate. Pero uno de los jugadores del otro equipo saltó al mismo tiempo que el mellizo de ojos azules, y el chico con una sonrisa divertida por haber engañado al otro equipo, todavía encontrándose en el aire, le pasó la pelota a Alex, para que fuera ella quién saltase y golpeará la pelota con todas sus fuerzas hacía el suelo del contrincante.

La chica cayó al suelo con las rodillas inclinadas, y en seguida se irguió para correr con su equipo y abrazarse. Iban a pasar a las finales y todos sabían que esto había sido gracias a Ethan. Habían comenzado perdiendo, y en cuanto él entró, recuperaron el control de la pelota y demostraron de qué pasta estaban hechos los alumnos de Las Dominicas.

Enseguida la entrenadora llegó a sus jugadores y aunque Desiré estuviera embarazada de siete meses, recibió una avalancha de abrazos del equipo al que entrenaba. Y eso hizo que Ángel se levantase de su asiento, vigilando con una protección extrema a su mujer para que seis alumnos de él no la matasen de tantos gritos y saltos que estaban dando a su alrededor.

Todos estaban riendo, incluso Ethan se mostraba natural y feliz por estar tan cerca de la victoria. La chica iba a saltar encima de su hermano y matarlo a besos, pero una mano la detuvo e hizo que se voltease.

-Hay alguien que está preguntando por ti.- La muchacha de cabellos dorados frunció su ceño ante las palabras de Darío. El chico señaló la puerta del gimnasio y mostró una de sus espectaculares sonrisas.- Tranquila, yo me encargo de tu hermano.

Darío camino cojeando hacía el equipo y los felicitó a todos, mientras Alex aprovechaba en salir por esa puerta verde dónde alguien la estaba esperando. Al principio la joven no había entendido porqué el chico le había dicho que él se encargaría de su mellizo, pero al ver que un chico de intensos ojos azules, con cabellos marrones oscuros peinados hacía arriba con un efecto de honda hacía atrás, y tatuajes que salían por debajo de su camiseta de manga corta, lo entendió todo.

-¿Qué estás haciendo tú aquí?

-Buen partido, rubita. No sabía que se te diera bien otras cosas aparte de las motos.

-Te he hecho una pregunta.- Alex se cruzó de brazos y percibió como todas las gotas de sudor habían desaparecido a causa de esa mirada que la dejaba completamente congelada.

-¿No es obvio? He venido a recuperar mi cazadora.

-La he quemado, lo siento. Tu olor estaba comenzando a expandirse por mi habitación y era insoportable.

-¿Y no sería por qué temías a que ese chico tan alto te viese con algo de ropa que no fuera suya?- Alex, al escuchar como Gideon se estaba refiriendo al chico de ojos color miel que había rechazado definitivamente antes de empezar el partido, se le encogió el corazón. Y no entendía por qué. Ella quería creer que era porque le había hecho daño a un amigo suyo, pero la presión que sentía en su pecho era distinta.- Daré tu silencio como un sí, rubita.

Perdona pero, me he encaprichado de ti (Segunda Temporada de PPTVDM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora