Capítulo 38: Muñeco de madera

1K 28 0
                                    

-En la habitación doscientos noventa y cuatro.

-Gracias.

Desiré junto con Diana, Alicia y Dante, quien las había llevado al centro del FBI y ahora al hospital que les había indicado Félix, habían puesto rumbo hacía el cuarto dónde se encontraba hospitalizada Daniela. El hombre de cabellos rizados no había podido dar muchas explicaciones. Solo que Daniela había tenido un accidente grave y que los médicos le estaban haciendo pruebas. También le había comentado que él estaba bien y que Ángel le estaba haciendo compañía.

En cuanto Diana había salido de hablar con Adam, le explicó todo lo ocurrido y la mujer pelirroja todavía con los ojos enrojecidos, pero sin más lágrimas que derramar, no dudo en ningún momento en ir junto con Desiré a ver su amiga al hospital. Pero antes de todo esto, la embarazada de siete meses había observado como Valeria y su hijo Héctor hablaban a varios metros de ellos. Intentó escuchar la conversación, pero no obtuvo buenos resultados. Aunque en los gestos de Valeria y en los ojos de color esmeralda del muchacho pudo deducir que su conversación no era amena.

Le hubiera gustado seguir a su hijo cuando él se había ido segundos más tarde después de lo que hiciera Valeria. Pero había recibido la llamada de Félix y solo podía pensar en la forma de poderse dividir para poder estar una Desiré con su hijo, otra con la Desvergonzada de Las Diosas al Cubo y otra con la Dulce del grupo. Pero solo había una y estaba comenzado a vacilar si estaba ayudando todo lo que podía en aquellos momentos.

Finalmente, llegaron al pasillo de la habitación dónde estaría su amiga esperándolas dormida. La puerta de la doscientos noventa y cuatro estaba cerrada, pero había un hombre de piel morena y ojos de un azul oceánico esperando de pie en frente de la entrada blanca.

-¡Ángel!

-¿Desi?- El hombre la miró confundido y al momento se acercó a ella con un paso ligero. Desiré presintió los brazos de su marido abrazarla con fuerza y su aliento sobre su nuca.- ¿Dónde te habías metido?- Ángel marcó un espacio entre ellos, su ceño estaba fruncido.- ¡Me has tenido histérico toda la maldita noche!

-¿De qué estás hablando?- Desiré se deshizo del amarre de su mestizo y lo contempló con un rostro perplejo.- Te dije que me marchaba con Diana para ver a Adam a la comisaria del FBI.- La información de Desiré hizo fruncir con más profundidad el ceño de Ángel y a negar con su cabeza.

-Eso no es cierto.

-¡Pero sí es la verdad!- Espetó Desiré, sintiendo impotencia por la incredibilidad de su marido hacía ella.- Diana, díselo. ¿Dónde he estado toda la noche?

-Ha estado conmigo, Ángel.- Balbuceó la mujer pelirroja, algo cansada después de haberse pasado toda la noche llorando junto con su hija.- Y con Alicia, Valeria y tú hijo esperando a que nos dijeran algo de Adam.

-¿Qué le ha pasado a Adam?- Un hombre de cabellos rizados y ojos de un color chocolate habían salido de la habitación dónde se encontraba Daniela junto con un hombre de bata blanca. Todos los presentes se quedaron sin voz cuando Félix había salido de la habitación sin llamar la atención y había escuchado la mitad de la conversación. En ese momento, Félix no dudo en mirar en la persona que aparte de él, conocía a su primo como la palma de su mano.- ¿Diana, qué le ha pasado a Adam?

-Nada.- Dijo la mujer de cabellos rojizos ocultando su dolor como podía.- Él está en casa.

-¿Crees que me voy a creer esa mentira sabiendo que mi primo sabe que mi mujer está hospitalizada después de que un coche la arrojara al suelo?- La voz de Félix sonó cortante, dolida. Mucho más de lo que muchos en ese pasillo eran capaces de soportar al escuchar esa verdad.- ¿Puedes explicarme qué le ha pasado a Adam o tendré que encargarme también de esto?

Perdona pero, me he encaprichado de ti (Segunda Temporada de PPTVDM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora