La joven abrió sus ojos y se percató que su rostro ascendía y descendía regularmente. Alicia recordó que la última vez que había cerrado los ojos había sido teniendo su cabeza apoyada en el pecho de Neal, justo como ahora. La muchacha alzó su rostro con cuidado y observó como los parpados de Neal seguían cerrados. Alicia se percató que ambos estaban desnudos en el colchón individual en el que lo habían hecho por primera vez y habían dormido el resto de la noche.
La muchacha buscó la sábana y terminó de taparse la parte superior justo antes que los ojos verdosos de Neal se abrieran lentamente.
-Buenos días, dormilón.- Ante el susurró de Alicia, el muchacho bajó su mirada y se encontró con los ojos dorados de la chica. Neal desprendió una sonrisa y Alicia no vaciló en acercarse a su rostro y dejarle un tierno beso sobre sus labios.
-Buenos días, Al.- Neal escondió un mechón pelirrojo detrás de la oreja de Alicia y seguidamente le devolvió el beso.- ¿Qué hora es?
-Si te molestarás a ponerle una ventana a tu templo y entrase la luz del día, quizá sabría decírtelo. Pero con la luz de la bombilla encendida para mí sigue siendo de noche.
-Pues entonces sigamos durmiendo.- Neal cogió a Alicia y la acercó a su cuerpo desnudo para darle un nuevo beso.- U otras cosas.
-Tenemos que ir a clase.- Neal puso los ojos en blanco y Alicia se deshizo de su amarre para alcanzar su móvil.- ¡Mierda, las nueve! Llegamos tarde, venga, Neal. Cierra los ojos.
-¿Qué?
-Cierra los ojos si no, no puedo vestirme.
-¿Ahora te da vergüenza que te vea desnuda?- Neal se reincorporó de la cama y cogió el rostro de la muchacha con una sola mano.- ¿después de la noche qué hemos pasado?
-Cierra los ojos. Ahora.- Neal volvió a poner los ojos en blanco y se dio la media vuelta, dándole la espalda a Alicia y escondiendo su rostro en la almohada.
La chica aprovechó para levantarse y buscar su ropa interior. Localizó su lencería inferior, pero no había ni rastro de su sujetador. Escuchó la risa de Neal y entonces se dio cuenta que aquel chico estaba volviendo a jugar con ella.
-¿Buscas esto?- Neal, todavía tumbado en el colchón, le mostró el sujetador rosa de Alicia. La joven ocultó sus pechos con su antebrazo y se acercó a Neal para recuperar su ropa, pero Neal fue más rápido y la ocultó de nuevo.- Oh, no. Quien algo quiere algo le cuesta.
-No estoy para juegos, Neal.- Alicia le tendió su otra mano intentando ocultar su sonrisa.- Devuélvemelo.
Y cuando parecía que el muchacho iba a recapacitar y a devolverle su ropa interior, el joven se aferró a la muñeca de Alicia y la acercó a él, haciendo que el cuerpo de la chica se desequilibrará y cayera encima de él. Neal rodó encima de Alicia, hasta quedarse encima de ella y le enseñó el sujetador.
-Si lo quieres dame un beso.
-Vale. Cierra los ojos.
-Estás muy pesadita con el tema de cerrar los ojos.- Esas palabras hicieron que los dos jóvenes comenzasen a reír, pero finalmente, Neal obedeció y cerró sus ojos.
Alicia alzó su mano y le pegó una bofetada a Neal, haciendo que el chico cerrase con más fuerza sus ojos y comenzase a reír. Súbitamente, Alicia observo su sujetador volar lejos de su alcancé y las manos de Neal rodearon sus costillas, haciéndole cosquillas.
-¡No, Neal! ¡Por favor, para!- La muchacha comenzó a retorcerse, queriendo escapar de debajo del muchacho.- ¡Odio las cosquillas!
-La venganza se sirve muy, muy…
