-No lo cogen…
-¿A quién llamas?
-Des de luego que a la policía no.- Valeria volvió a llevarse el móvil a la oreja sin mirar a Héctor, quién lo observaba subido encima de la moto de brazos cruzados. Valeria seguía llevando un abrigo que le llegaba hasta las rodillas que ocultaba sus runas y su traje de cazadora de sombras. La diferencia de antes y ahora es que aquella chica ahora no podía dejar de caminar de un lado a otro y tenía los ojos recubiertos de lágrimas.- Mierda, Félix pasa de mí.
-¿Félix también está metido en todo esto?
-No lo está, Héctor. Así que ya puedes imaginarte lo desesperada que estoy para llamar a mi hermano y que se entere de toda esta movida.
-Val…- El joven se bajó de la moto y acercó a Valeria, quién retrocedió un paso al ver como ese chico de ojos esmeralda se acercaba a él.- Por favor, no te alejes. Yo solo quería sacarte de ahí.
-¿Y crees que llamando a la policía ibas a conseguirlo?- Inquirió incrédula Valeria, dejando escapar más pelos de su coleta teñida de castaña.- ¡Por Dios, Héctor! Tenías una mínima de idea en lo que andábamos metidos y solo se te ocurre llamar a la policía ¡A la policía! ¿Sabes cuántos años pueden mandar a Adam a la cárcel por llevar un arma encima y haberla utilizado contra esos guardaespaldas?
-Quizá sean menores por no tener antecedentes.- El silencio de Valeria hizo que Héctor descubriera un secreto del pasado de su tío Adam que jamás imaginó que podía ser real.- ¿Adam ya ha estado antes en la cárcel?
-No lo juzgues sí no sabes lo que ocurrió.
-Te ha apuntado con una maldita pistola, Val. ¿Es que no te has dado cuenta?
-¡Lo ha hecho para hacerte reaccionar a ti! Para que me sacarás de esa pelea y se quedará allí solo. Se ha sacrificado tanto por ti como por mí y tú solo lo estás acusando.
-¿Quién era la mujer con la que hablabais?
-¿No lo has descubierto ya después de haberte pasado toda la conversación escondido detrás de los cubos de basura?
-¿Y qué querías que hiciera, Val? ¿Qué me quedase en la fiesta e ignorar que mi chica se va hacer cosas ilegales y cuando volvieras comerte a besos?- La joven se quedó callada, pero no parecía que Héctor le hubiera dejado sin palabras, sino más bien que estuviera conteniendo su ira.- ¿Cuánto tiempo pensaste que me ibas a tener alejado de todo esto?
-No lo sé.- Dijo Valeria con un tono de voz cortante.- Pero Adam sí que lo sabía y me advirtió. Me dijo que nos traerías problemas, que tenía que mantenerme separada de ti. Pero yo no lo escuché y ahora lo ha pillado la policía junto con dos de los hombres que trabajan por una mujer con muy mala fama para la ley. He destrozado su vida y nunca me lo voy a perdonar, Héctor. Ni a mí ni a ti.
-Él estaba destrozando tu vida. ¿Es qué no eres consciente en que todo esto no es lo suficiente equivalente para obtener a cambio dinero?
-¡No es dinero lo que busco, Héctor!
-¡¿Y entonces por qué es?! ¿Cuál es el motivo que te obliga a seguir con esta locura?
Valeria se quedó callada y esta vez fue porque las palabras habían huido de su boca. La joven ignoró aquella mirada verdosa y volvió a marcar un número mientras las lágrimas se acumulaban en sus ojos. Y justo en el momento en que alguien le contestó por la otra línea, sus lágrimas cayeron como cascadas.
-Diana. Soy Valeria.