Capítulo 66: por primera vez

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-Cuando más tardes más explicaciones tendrás que darle a mi padre por no dejarme en casa a la hora acordada.

-Si una persona que yo me sé, no hubiera lanzado mi ropa por toda mi habitación me hubiera vestido mucho más rápido.

-Vaya excusa más barata.- Esas palabras hicieron que el chico de los tatuajes cogiera a Alex por la cintura y la acercase a él mientras terminaban de bajar las escaleras que llevaban al jardín principal de la casa. La moto de Gideon se encontraba justo delante de la fuente redonda que contenía a una mujer de escayola con un cántaro de donde surgía una pequeña cascada.- ¿Vas a llevarme en moto?

-A estas horas prefiero utilizar una moto que un descapotable.- Gideon le tendió un casco a Alex y la chica lo aceptó.

Mientas el joven buscaba las llaves en sus bolsillos, la muchacha se percató de que la camisa de ese chico no estaba bien abotonada, dejando ver la mitad de su pecho. Había visto varias veces a ese muchacho sin camiseta y había comprobado que todos sus tatuajes eran frases o palabras sueltas en distintos idiomas. Pero era la primera vez que se percataba que encima de su corazón descansaba dos nombres: Nerina y Ángela.

-¿Quién es Ángela?- La pregunta inesperada de Alex hizo que Gideon frunciera el ceño y sus ojos terminasen donde descansaba la mirada azulada de la chica.

-Es el nombre de mi madre.

-Oh…

-¿Te parece raro que me tatúe el nombre de las dos mujeres más importantes de mi vida?

-Me parece tierno.

-¿Y tú?- Gideon encontró por fin las llaves de la moto.- ¿Tienes algún tatuaje?

-¿Por qué me preguntas eso si acabas de verme desnuda?- Esa pregunta hizo reír a Gideon el chico asintió con su cabeza, dándole la razón.- Me gustan los chicos con tatuajes, pero nunca me ha gustado la idea de ser vieja y tener todo el cuerpo tatuado.

-¿Por qué?- Inquirió él.- Los tatuajes son cosas especiales. Recordatorios que nos refrescan la memoria para no olvidar nunca lo que aprendiste en el pasado.

-Para eso ya tengo a mi hermano.- Contestó Alex.- No deja de echarme las cosas en cara.

-Tengo una idea.- El joven se subió en la moto y se colocó su casco.- Sube.

-¿Por casualidad no me querrás llevar a una tienda de tatuajes, verdad?- La chica se subió detrás de Gideon y se aferró a su cintura.- Quien calla otorga.

Y el silencio se desvaneció con el rugido de la moto del joven, y aunque Alex no escuchase su risa, sabía que Gideon reía cuando apoyó su cabeza en su espalda.

-¿Otra vez tú?

-¿Está Neal?

-Sí y no quiere verte.- Contestó Yuffi, la compañera del templo de su chico, quien masticaba un enorme chicle rosa.- Deja de perder el tiempo con NH y busca a un pijo que pueda comprarte todos tus caprichos.

-Me da igual que Neal no quiera verme y que tú no me dejes verle. Necesito hablar con él sí o sí, es urgente.

-Mejor no te digo por donde me paso tu urgencia.

-Vale.- Bufó Alicia.- Sí esas llevamos, adelante.- Alicia se alejó de Yuffi y se acercó a la pared e inesperadamente, comenzó a golpearla con fuerza con sus manos.- ¡Ah, pero que haces! ¡¿Te has vuelto loca?!- Alicia volvió a golpear la pared.- ¡Suéltame el pelo, loca!

Perdona pero, me he encaprichado de ti (Segunda Temporada de PPTVDM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora