Capítulo 23: Beso robado

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-¿Cómo no vas a saber lo que estamos comiendo?

-Te lo juro que no. Lourdes no me ha querido decir que nos ha preparado para comer.

-¿Lourdes es tu vecina no?- Alicia escuchó un sonido que afirmaba su pregunta mientras escuchaba retumbar los recubiertos sobre el plato.-Pues yo diría que es pescado…

-¿Pescado con pimiento?- El sarcasmo en la voz del chico se podía notar a miles de quilómetros, y eso a Alicia le gustó. Era capaz de entender a ese muchacho sin todavía haberle visto físicamente. Solamente escuchando su voz y su preciosa risa que siempre que reía la contagiaba. Sin duda estaba siendo una cita muy peculiar y divertida.- Yo diría que es pollo y pimiento al horno.

-Quizá nos ha preparado platos diferentes. A ver, déjame probar del tuyo.- Alicia, con su tenedor en mano, la estiró hasta suponer que estaba encima del plato de Dante. Lo clavó y a la primera notó como pinchaba algo de la comida del plato. Se lo acercó a su boca y lo saboreó.- A mí esto me sigue sabiendo a pescado.

-¿Y qué clase de pescado?

-¡Eso ya no lo sé! A ver sí te piensas que me sé toda la fauna marina.- Y de nuevo, esa carcajada que hacía sonreír a la muchacha. La chica buscó su copa y bebió un poco del vino que el muchacho con gran dificultad había servido mientras ella no dejaba de reír. Se humedeció los labios con su lengua con el sabor amargo del vino y cogió todas sus fuerzas para empezar a saber más de Dante.- ¿Y qué haces ahora?

-Estoy de prácticas en un colegio con niños de tres a cinco años que tienen enfermedades mentales y que hay que estar más pendientes de ellos.

-Oh, Dante. Eso es precioso ¿y cuánto tiempo llevas?

-Llevo casi tres meses. Me siento muy afortunado de tener esta oportunidad después de haber dejado los estudios cuando era un crío.

-¿No terminaste de estudiar la ESO?

-Hice un curso por internet, fui a unas pruebas de la generalidad y me la dieron. Después estuve trabajando en unas fábricas, pero lo dejé y mi madre me enchufó a este sitio en el que ahora estoy con la amiga de mi madre, y otro chico que también está de ayudante. Y entre los tres llevamos una clase de niños y niñas especiales.

-Has hecho mucho. Me imagino que unos veinte-pico tienes seguro.

-Para nada. Tengo dieciocho años. ¿Y tú? Solamente hablamos de mí.

-Mi vida al lado de la tuya no tiene nada de interesante. Soy una estudiante de primero de bachillerato que su mayor dilema es entender la filosofía de los griegos.

-Eso parece muy excitante.

-Ni te lo imaginas.- Los dos volvieron a reír, y esta vez Alicia lo hacía más relajada. No podía evitar pensar que estaba más tranquila porque no era un hombre de cuarenta y muchos años, aunque tampoco no le hubiera importado. Sus tíos Desiré y Ángel se llevan diecisiete años y se enamoraron perdidamente cuando eran profesor y alumna. Aunque ya le gustaba que Dante tuviera solo un año más que ella.- ¿Y familia? ¿Vives solo o compartes esta casa con alguien?

-Antes vivía solo, pero mis padres se divorciaron, y mi madre y mi hermano se mudaron conmigo.

-Oh… lo siento.

-No te preocupes. Mi padre es capullo. Bastante tiempo le ha soportado mi madre y mi hermano. Pero bueno, dejemos mi dramática historia familiar y háblame de la tuya. 

-Vivo con mis padres y tengo un hermanastro que vive en otro piso con nuestra prima.

-¿Tus padres también se han divorciado?

Perdona pero, me he encaprichado de ti (Segunda Temporada de PPTVDM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora