[44] La capitana y el capitán.

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Nikki's. POV

Mi cabeza daba miles de vueltas, sentía un revoltijo en el estómago con unas asquerosas náuseas.

Nunca más volveré a beber.

Me remuevo algo incómoda, siento unos brazos que me rodean por la cintura. Automáticamente entro en pánico, ¿anoche me acosté con alguien desconocido? Ay mi Dios, ¿con qué cara veré a Cody? Yo quería que él sea mi primera vez, no con otro. Que miedo me da abrir los ojos.

Siento unos besos por el cuello que me estremecen, quiero voltearme y darle una buena bofetada a quien lo está haciendo, tengo miedo joder. Y mi miedo crece cuando siento un bulto en mi espalda baja. En cualquier momento gritaré.

Cerraba mis ojos con tanta fuerza, cruzaba mis dedos para que no me pasara nada, intentaba no respirar pero mi cuerpo no paraba de temblar. Hasta que siento cómo la otra persona me suelta pero no sale de la cama. Un teléfono vibraba así que seguramente fue por eso que se despegó de mí bufando molesto. Primero se oye un carraspeo y luego su voz. Un momento, conozco esa voz...

Me levanto de golpe para poder fijarme en la persona que se encontraba conmigo, estaba sentado de espalda a mí hablando con, creo qué, Mark. Solté una risita al darme cuenta que me armé una película en mi cabeza, Cody voltea a verme y sonríe confuso. Luego me doy cuenta que no tengo la ropa de anoche, tengo una vieja remera de él y no recuerdo cuando me cambié. ¿Acaso él lo hizo por mí?

Cody cuelga el teléfono y voltea a verme divertido.

—Buenos días dormilona. ¿Dormiste bien? —se inclina a darme un beso el cual correspondo.

—¿Qué sucedió anoche? —pregunto asustada.

—Nada, sólo te embriagaste y te tuve que traer a dormir. —dice encogiéndose en hombros.

—¿Por qué tengo puesta una playera tuya?

—Ah... —se rasca nervioso el cuello y se incomoda un poco. —te tuve que cambiar ya que te quedaste dormida.

Oh. Mi. Dios.

—Me... tú... a mí... ¿me viste en... eso? —él asiente y mi piel se me eriza.

Ay por Dios, Cody me vio en ropa interior, no lo puedo creer que haya sucedido eso.

—Eres hermosa Nikki, mi Nicole. —me sonrojo ante sus palabras, cuando se lo propone es demasiado tierno.

—Cody es vergonzoso que me hayas visto sin ropa. —digo y me oculto bajo las sabanas.

—Mi amor, sé que mañana recién cumpliremos un mes de novios pero no fue nada extravagante. Además las partes debidas estaban ocultas, las partes que vi fueron las que cualquiera de esta casa puede ver, las muestran de seguido. —me guiñe un ojo y frunce el ceño.

—¿Las viste en ropa interior? —él asiente y siento como me hierve la sangre.

—Habitualmente están así, ya es la costumbre. Además ninguna me excita ni nada. —se encoge en hombros.

Tiffany Tacchi lo hacía.

—Ahora que dices la palabra excitar, hoy sentí un bulto en mi espalda baja. —enarco una ceja y ríe nervioso.

—Perdón, no se volverá a repetir. —niego la cabeza divertida y abro mis brazos para fundirnos en un abrazo confortante.

Desde que estamos juntos, Cody se esfuerza mucho para ser cada día mejor, así como yo intento enamorarlo pero me siento perdida con tantas inseguridades, la verdad es que siento como si él jamás olvidará a Tiffany, que jamás entraré en su corazón o que jamás podré adaptarme a su vida. Él hijo de empresarios trillonarios y yo una huérfana que no tiene a nadie, que se valió su último año en trabajar para crear un fondo universitario, pero en el momento menos esperado apareció él y cambió mi vida por completo.

17 problemas (Sin corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora