[42] Tener a ambas bajo el mismo techo.

774 66 23
                                    

-Hola, presidenta.

-Hola, Larsson.

Nos quedamos mirando fijamente unos largos y eternos segundos, de la misma manera como la primera vez que estuve en este lugar, aquel día en que por primera vez había aprendido a experimentar los sentimientos nuevos del amor. La misma mirada que nos dábamos cuando queríamos la necesidad del otro, cuando nos decíamos nuestros profundos sentimientos.

Todavía la amo.

Fue lo primero que se cruzó en mi mente, el amor oculto que siento hacia ella, ese amor que no se ha perdido en lo absoluto. Como cuando tuvimos nuestra primer cita e hice de todo para verla feliz. Una de esas cosas fue la medalla de oro que tiene puesta en éste momento con nuestros nombres...

Un momento... ¿aún la conserva?

Mi impresión es máxima, no puedo creer que aún siga pensando en mí, ¿sigue enamorada de mí?

-Linda cadena. -digo divertido. Ella se sonroja y sonríe de lado.

-Me la había regalado mi primer novio en nuestra primera cita. -dice sin más.

Seguimos en nuestra burbuja hasta que alguien carraspea volviendo a la realidad. Volteo y me doy cuenta que era Melody.

-¿Tu cabello se pudrió de tanta tintura? -le digo en burla abriendo mis brazos. Ella me golpea para luego lanzarse en mis brazos.

-Te extrañé rubio estúpido.

-Yo también, cabeza de arco iris.

Empezamos a bromear unos segundos, luego me presenta a las novatas, son todas bonitas y con un toque adorable. Pensar que en el semestre pasado los nuevos éramos únicamente Megan y yo.

-Me iré a mi habitación, estoy realmente agotado. Ya saben mis reglas. -le digo a las chicas que me conocen, ellas ríen y asienten.

-No despertarte hasta la hora de comer o si hay un incendio. -dicen al unísono.

Los tres reímos, beso la frente de ambas, sí, la de Tiffany también, para luego dejar un pequeño beso en los labios de mi novia que ya se puso de malas al verme con mi ex novia.

-Te dije que odio las celosas, tranquila niña. -le doy un guiño y me largo a mi habitación.

Mientras iba subiendo las escaleras, siento que la puerta principal se abre, volteo y sonrío al verlas, ellas imitan mi emoción al verme también.

-¡Mis amores! -les digo.

-¡Tus vidas! -dice Mina.

-¡Tus naranjas podridas! -termina Lyna la frase.

Hacemos una escena dramática conmovedora de película con una corrida en cámara lenta, lo cual provoca que casi caiga de las escaleras y ellas tropiecen con la alfombra. Al llegar los 3 al mismo punto de encuentro, chocamos nuestras cabezas y caemos golpeándos al suelo.

Joder, que cabezas duras tienen.

-¿En serio? ¿Otra vez lo mismo con ustedes? -dice Tiffany seria con los brazos cruzados. -éste semestre decidí no dejarlos solos en la cocina, está hermosa como para que la arruinen nuevamente.

Uno de mis mejores recuerdos, aunque el castigo fue una mierda y luego había quedado con el pie roto.

-Fue tu culpa Tiffany, ese día hiciste sufrir a Coy y él solo quiso hacer algo lindo por ti. -dice Mina a su defensa.

-No seas patética Mina, tú fuiste la que lanzó el cerillo a la olla. -digo yo para no tocar tanto el tema de cuando Tiffany era mi novia frente a Nikki.

17 problemas (Sin corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora