[23] Pesadillas y verdades.

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-¿Qué diablos haces aquí? -le pregunto con el ceño fruncido.

-¿Por qué esos humores, cuñada? -dice desde el otro lado Mark. Y sí, me molesta llamándome cuñada con el pretexto de querer a Coyi como su hermano.

-¿Eres idiota o qué? Son las 6 am recién, imbécil.

-Si hay algún idiota aquí, es tu novio que me pidió que venga a esta hora. -dice encogiéndose en hombros.

-¿Coyi? Coyi fue el primero en maldecir porque golpeaban. Además no es tan enfermo para que diga a su mejor amigo que madrugue a molestarnos.

-Pues es así. Mira, aquí dice así. -busca su teléfono en sus pantalones y lo saca. - lee, ahí dice "...te necesitaré en casa para las 6 am." -lee. Le arrebato el teléfono y lo leo mejor.

Pero si será imbécil.

-¿Bien? ¿Ya puedo pasar? -pregunta ironía.

-¡Claro que no! ¡Eres un imbécil que no sabe leer! -me mira extrañado. Ruedo los ojos. -el mensaje dice "...6 pm" ¡Te citó dentro de 12 hs!

Bien, todos sabemos lo histérica, malhumorada y antipática que puedo llegar a ser, bueno, ahora sumen el hecho que estoy gorda y con mi periodo.

Mark pasa a la sala así que debo volver a subir pero esta vez para avisarle a mi novio que su estúpido mejor amigo está en casa. No malinterpreten, Mark me agrada y mucho, más porque siempre apoya a mi Coyi en todo. Lo gracioso es que son polos opuestos.

Iba subiendo las escaleras y me crucé con Lyna que, por sus fachas, recién se levantaba.

-Buen día Ly. -le regalo una cálida sonrisa y ella me devuelve una forzada. Cosa que me hace sentir mal.

-Buenos días pequeña rubia. ¿Sabes quién golpeaba la puerta?

-El idiota de Mark. Ahora debo levantar a Coyi ya que terminaron su relación sexual con Lizz así que no lo puedo mandar a entretener. -digo en reproche.

-Pues mañana termina mi castigo recién... -dice con doble sentido. Qué va, a levantarle el castigo a esta mujer.

-¿12 días? Estoy segura que fueron 11... -digo y le regalo un guiño. Ella sonríe triunfante.

-Quédense todo lo que quieran con Coy arriba. Hoy debuto perras. -dice bajando de las escaleras con emoción.

Me alegra ésta Lyna, el sexo siempre la hace estar de ánimos y bien encendida, la Ly que todos aman.

Llego a la habitación de Coyi, me adentro y me encuentro con mi novio durmiendo boca arriba, los labios entreabiertos y su respiración ligera, tan tranquila. Ocasionaba ternura, digno de ser molestado.

Tiffany, no seas cruel, ¿has visto la hora, demente?

Mi consciencia tiene razón, sería caer muy... A LA MIERDA LA BAJEZA.

Me posiciono del lado izquierdo de la cama, lo observo un rato más con ternura. Como quiero a este chico.

Tiffany, por favor no seas perra... ¡pesas 65 kilos!

Consciencia hija de fruta, no me recuerdes eso.

Calculé seriamente mis planes, doy un suspiro y lo hago. Me lanzo sobre su estómago.

Él suelta un gruñido de dolor y yo sonrío triunfante.

-¿Estás... loca? -dice con falta de aire. Me bajo de él y me posiciono bien a su lado.

-Es tu culpa, te veías tentador. -digo inocente para luego besar la comisura de sus labios. -buen día.

-¿Buen día? ¿Qué tiene de bueno que alguien casi eche la puerta a éstas horas y que tu novia intente matarte? -pregunta molesto.

17 problemas (Sin corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora