Capítulo 39. No se puede.

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La gente cambia....la vida cambia y yo cambio...

Leo la pequeña frase que se encuentra en una de las imágenes de Facebook y sonrió ante esa ironía. Ya el pasado lo traigo en mí, mis peores miedos aunque no han sido revelados por completo parecen seguirme. Hace una semana que he hablado con Anton y junto a su ayuda he decidido ir a mostrar la verdadera máscara de mi madre...simplemente es así, no puedo dejar que ella me aleje de la gente que amo, y aunque por una parte justifico sus acciones muy en el fondo sigo resentida, ya que al parecer ellos no confían en mi....solo Lucas, y si soy sincera creo que Kara lo hace pero debe estar cansada de siempre dar todo por nuestra amistad y bueno yo....yo no he hecho nada....o bueno, le mandé un mensaje diciéndole que espero y todo este bien, pero no recibí ninguna respuesta, supongo y debe estar ocupada.

-Amelia, vamos -dice la pequeña Camila cuando nuestro avión está a punto de despejar.

-¿Dónde está tu papi?

-Fue por una gaseosa y tapones de oídos.

-De acuerdo, hermosa, avancemos entonces. -agarro su pequeña manita y vamos a la gran fila del vuelo llamado.

-¿Vivirás con nosotros cuando lleguemos?

-Pequeña, yo tengo un departamento propio.

-Pero...pero siempre estaré sola -dice con un puchero que forma sus ojitos lloroso.

-Iré a verte todos los días.

-No será los mismo -ahora si sus ojitos lloran y yo no hago otra cosa que acomodar mi panza y agacharme para abrazarla. -Te quiero pequeña, nunca te dejaré sola.

-No te vayas de mi lado, por fis -solloza.

-Nunca lo haría.

-Vive con nosotros por favor....quiero una mami, quiero que me leas un cuento todas las noches, que me cantes como lo haces...no me dejes -llora e hipa y mi corazón está más que roto en estos momentos, no quiero herirla. La quiero, pero no debo hacerle pensar falsas ilusiones.

-¿Pequeña? -pregunta Anton con asombro.

-No quiero vivir conmigo. No quiere ser mi mami -llora la pequeña y se bota a los brazos de su padre dejándome totalmente anonadada y con el corazón en mil pedazos.

-Cami....pequeña.....no, no llores por favor -la calma su padre.

-No me quiere. Amelia no me quiere.

-Pequeña yo...

-¡Mala! -me grita con los ojos llorosos y se aferra al cuello de su padre. Miro a Anton y el a mí y los dos no sabemos qué hacer, supongo y él también se encuentra en un trance emocional al igual que lo estoy yo.

-Yo....yo iré al avión -digo sintiendo el rechazo de Camila. Trata de decirme algo más pero solo muevo la cabeza y entrego mi boleto.

Para variar Anton ha comprado boletos de primera clase, por lo que nos toca ir adelante y compartir puestos. No sé en qué momento ilógicamente me convertí en alguien tan especial para Camila, pero vamos, ella también es una personita muy especial en mi vida....¿qué hago ahora?.

-Camila, cielo ¿quieres decirle algo a Amelia?

La voz de Anton me sorprende y me saca de cualquier pensamiento.

-Lo siento -dice la pequeña con un poco de temor en su mirada. Estrecho mis brazos en alto y ella corre hacia mí, la coloco en mi regazo y empiezo a sobar su cabello cuando la siento seguir llorando.

-No pasa nada pequeña.....te quiero -la calmo.

-Yo si quiero que vivas conmigo....que me leas un cuento.

-Y lo haré -la interrumpo. -Siempre lo haré.

-Pero ya no te veré nunca.

-Me veras todos los días. Es una promesa.

-¿Lo prometes?

-Lo prometo -digo mientras alzo mi dedo y lo entrelazo con el de ella.

Un knockout al corazón ®( EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora