Capítulo 43. Alexia

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Miro desde la pequeña ventana de vidrio a esa niña de piel pálida, cabello anaranjado y ojos grises. Si lo sé, Alexia los acabo de abrir hace tan solo unas horas que no pude creerlo de la emoción. Anton dice que todavía no es certero su color, pero honestamente yo creo que es más que real. Ella tiene los ojos de él. De su padre.

—Ella es muy bonita —dice una de las enfermeras.

—Lo sé. Es hermosa —hablo orgullosa.

—Es mejor que descanse, lleva tres días seguidos viendo a la ventana. No le pasará nada.

—Es solo que ya quiero tenerla.

—Pronto la tendrás, te aseguro que la pequeña Alexia saldrá en unas semanas de aquí. Es una bebita muy fuerte.

—Espero y sí.

Hace un día que me han dado de alta del hospital, pero a Alexia no todavía por el problema de ser prematura de nacimiento. Por el momento me estoy quedando en la casa de Anton ya que él no quiere que me pase nada, y quiere que pase la dieta en su casa. No puede decir que no, ya que cuando menos me lo esperaba, estaba en su casa con algunas de mis cosas ahí.

La cuenta del hospital la ha pagado la empresa <<cosa de Anton>>, es la manera que tiene el de agradecer a sus empleados y aunque no lo creí estuve preguntando como loca a cada persona de aquí para comprobar lo que se me dijo.

—¿Cuándo podre lactarla?

—Sus pechos deben de estar muy sensibles ahora — <<Mucho>> — pero es necesario que la pequeña los estimule para poder producir su leche. Creo y en una semana ya podrá hacerlo, una vez que ya no estén tantos cables con su nena y ella puede estar fuera de la incubadora.

—De acuerdo.

Me despido de ella y espero a Anton llegue a verme. Todos los días me ha acompañado y creo que está pensando volver a ejercer su papel de médico aunque sea un poco.

—Aquí estas —dice desde mis espaldas.

—Hola —digo dándome la vuelta para verlo.

Me sonríe con ternura y se acerca al cristal.

—No tienes idea de cómo quiero cargarla, mimarla y consentirla.

—No quiero una hija malcriada. —hablo chistosa.

—No lo será. Eres la mejor mamá del mundo, te he visto con Camila y sé que serás una excelente madre. —dice viéndome y agarrando un mechón de mi cabello.

—Gracias.

—Ahora vamos te dejo en la casa que debo hacer unas cosas en la empresa.

—Me quiero quedar.

—No lo harás, necesitas descansar. Alexia está en buenas manos, los médicos de aquí son mis amigos, la cuidan muy bien.

—Pero...

—Shhh, nada de peros. El médico te mandó a descansar.

—Es que ...

—Vendremos mañana —me interrumpe besando mi frente. —Ahora vamos a casa, debes estar cansada.

—Sobre eso, creo que estoy abusando muc....

—Amelia, no discutiré eso. Necesitas cuidados y Alexia también ¿Qué harás con ella en casa? Ahora como tu amigo te pido que vayas a mi casa y como jefe te lo ordeno.

—Eres un...

—¿Un?

—Un...ash ¿cómo es que siempre ganas?

Un knockout al corazón ®( EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora