Capítulo 22. Hormonas

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Escucho unos pequeños murmullos y me levanto del cuarto, la verdad no me había percatado en recorrer el segundo piso de la casa de Damon y con la mayor delicadeza lo hago.

Hay cuatro habitaciones, sin contar la enorme de Damon que tiene su propio baño con yacusi y más, camino y recorro la enorme casa, abro las habitaciones y todas están vacías, todas excepto una la cual me admira ya que tiene su librería, escritorio y su computadora, además de eso su armario está lleno de ropa, que si no dudo es de un joven en desarrollo. Salgo de ahí y bajo las escaleras, me encuentro con Damon en la cocina con el ceño fruncido mirando un libro.

Suelto una pequeña risa y el regresa verme y se torna enojado.

-¿Qué haces levantada?

-Yo....no estabas en la cama...

-Bella tienes que descansar, el doctor te prohibió las escaleras.

-Vale - me siento en el mueble.

>>¿Me preparabas el desayuno? -pregunto

-Emm- rasca su nuca -algo así.

-¿Cómo estás? - examina la herida de mi cabeza .

-Bien, casi no duele. Necesito usar tu celular el mío está sin pila.

-¿Para qué?

-Debo hablar con Anton, no iré a trabajar esta semana -me mira y frunce nuevamente el ceño.

-¿Para que necesitas trabajar Bella? Me tienes a mí.

-No seas machista.

-No es eso. Le hará mal al crio -dice en un tono preocupado y por primera vez puedo sentí su amor a su hijo.

-Claro que no, además ahora soy la asistente de Anton iba a renunciar pero él no me lo permitió, así que no habrá viajes para mí por lo que será algo bueno para los dos.

-De acuerdo -dice algo enojado.

Agarro sus mejillas y lo beso, hace mucho que quería sentir sus labios en los míos, pero las circunstancias no me lo permitieron.

Me permito saborear sus dulces labios e ingresar mi lengua en él, me separo lentamente y lo miro.

-Te quiero -susurro mientras beso el puente de su nariz.

-Te traeré algo de comer -bueno no es respuesta que me esperaba, pero aun así no dejo de sonreír.

Prendo la gran tele de la sala y me pongo a ver un programa de moda y ropa, no es mucho de mi agrado, pero qué más da.

Al rato regresa el con unas tostadas, jugo de naranja, fruta picada, un poco de leche y unos huevos revueltos un poco quemados.

-Mnn que rico -me mira raro -Come conmigo.

-No.

-Abre esa boquita -hablo con un trazo de fruta dirigiéndose a su boca. Me mira y arruga su frente, pero al final acepta el trozo de sandía.

-Vez, te dije que estaba rico -tomo el jugo.

-Eres.....

-Única -sonrió.

-Mía -dice mirándome.

-Tuya -afirmo y miro como sonríe de esa forma tan coqueta que me gusta.

-Y tú eres mío, desde hoy en adelante tienes prohibido mirar a otras.

-Nunca lo haría Bella, te tengo a ti.

.....

-¿Quién es Lucas? -me mira sorprendido.

-¿Cómo sabes su nombre?

- Bueno el día que los fui a ver en el aeropuerto, hablaban de un tal Lucas.

Un knockout al corazón ®( EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora