Capítulo 29. Enojo

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Ante su ira me asusto un poco y este me arrebata el collar de las manos haciendo que mi cuerpo retroceda.

-Yo....

-¡¿Cómo mierda lo tienes Amelia?!

-Yooo

-¡Dimelo!

-La...la primera vez que ti vi, se te cayo en el ring y yo lo agarré.

-¿Y porqué no me lo diste?

-Yo...

-¿Tu. Qué?

-Yo...no lo sé.

Lo veo salir de la habitación y no entiendo lo que hice. Bueno si, pero no entiendo su enojo, no se lo di porque de verdad lo olvidé hasta solo unos días donde buscaba en mis cosas. Además ¿Quién es Alex? Y ¿Por qué se enoja tanto?

Me recargo en la cama y sobo mi vientre ¿será que voy y lo busco?, si definitivamente eso hare ¿pero y si me trata mal?, supongo que asumiré ese riego.

Bajo las escaleras y lo busco por todos lados, la sala, la cocina, la piscina y nada que lo encuentro. Unos ruidos me distraen de mis pensamientos y camino al sótano donde tiene su cuarto de entrenamiento y ahí lo veo, golpeando tan fuerte la bolsa de box que temo y se pueda romper.

-Mi culpa, fue mi culpa.

Lo escucho susurrar y por un momento lo entiendo, seguramente y al igual que a mi, lo culparon por algo que hizo solo para defenderse. Él está roto, está dañado, pero si yo no caí, él no lo hará, él me tiene a mí y yo a él, y aunque me cueste todo lo que tengo no lo dejaré caer.

-¿Damon?

-Vete. Quiero estar solo Amelia, sal de aquí.

-No me iré -hablo firme.

-Joder, vete por favor. No quiere hacerte daño.

-Y yo no quiero que te lo hagas.

-Amelia...solo sal -me mira y puedo ver esos ojos grises, con dolor y arrepentimiento.

-Si no te la di, fue porque de verdad me olvide. Soy tan torpe. Lo lamento.

-No fue tu culpa -me mira -Nada es tu culpa Amelia. Yo soy el problema.

-Fuiste mi solución Damon -mi mira y sorpresa es lo que veo.

>>Tú, eres mi alegría Damon, cuando llegue a esta cuidad vine huyendo de mi vida, de mi madre y sus estrictas reglas. Yo solo quería un poco de paz....y tú me diste. Aunque todo el mundo diga que eres el mismo demonio; yo no pensaré eso, tú fuiste mi Ángel, Damon, aun lo eres, es por ti que vivo, es por ti que quiero ser mejor cada día....eres tú mi luz Damon, solo tú.

-Yo no soy la luz de nadie Amelia.

-Eres la mía -me acerco a él -Solo la mía, y eso es lo único que debe de importarte -poso mis manos en su cuello.

-No, te merezco. Ni siquiera puedo controlarme aun sabiendo que estas embarazada.

-Lo hiciste, no me hiciste daño. Te controlaste.

-Te grite Amelia.

-Todos hemos gritado alguna vez al ser que queremos.

-Per.....

-Shhh - coloco el dedo en su boca -Vamos a la cama, debes estar cansado y necesitas descansar.

-¿No planeamos una reconciliación? -dice burlón alzando una ceja.

-¿ Para qué lo haríamos?

-Para saber si es cierto que las reconciliaciones son lo mejor.

-Pero si ni siquiera nos peleamos.

Un knockout al corazón ®( EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora