-¡Mamá!
-Oh por Dios. ¡Mi hija ha dicho mamá! ¿La oíste Anton?, dijo Mamá
-La escuche...no te emociones tanto -se me burla.
-¡Oye! -golpeo su brazo. -seguramente estuviste así cuando Camila te llamo papá por primera vez.-Pues sí, solo que no exagero como tú.
-Es mi bebita bella -beso la cabeza de mi hija quien juega con mi collar mientras balbucea una y otra vez Mamá. -Te amo bebé. -Alexia ríe y estoy segura que en este momento mucha gente en el restaurante ama a mi hija como yo en este momento.>>Gracias por permitirme traerla un momento al trabajo mientras Clara llega por ella.
-Es mi deber, Amelia.
-No lo es, eres una excelente persona Anton, nunca me cansare de decirte gracias, haz hecho tanto por nosotras que pienso y te debo demasiado.
-Siempre te lo he dicho y nunca me cansaré de hacerlo . Lo hago porque las quiero, porque me importan.
-Tú también nos importas, Anton. -sonrió y lo veo. -Hoy en la noche quiero decirte algo.-¿Algo?
-Sí, no llegues muy tarde.
-No lo haré-dice feliz.
He pasado tanto tiempo con Anton que creo y me siento segura. Alexia llego a mi vida en un mes de abril y un meses después yo cumplía 23 años, nadie llamo a excepción de Lucas y nadie lo celebro a excepción de Anton, no fue algo grande, sino más bien algo pequeño, solo los cuatro sentados en la mesa comiendo pizza y un pastel de limón. Muchas cosas en este tiempo me han hecho pensar en la persona que tengo a mi lado, no me he dado una oportunidad por el respeto que le tengo a mi hija, pero si su padre no la quiere, ¿Qué puedo yo hacer?. No quiero ser egoísta, de hecho creo que no le he sido, siempre los justifique a todos ellos por caer en el juego de mi madre, pero como fiel ficha de ajedrez que fui de ella, reconozco que el despertar no cuenta mucho, "no hay más ciego que el que no quiere ver", dicen algunos y es la verdad, ya no lucharé por ello para lograr que me crean, ya no lo haré. Quiero ser feliz, quiero alcanzar la felicidad, ahora ya nada me importa, ni las pruebas en contra de mi madre, ni nada. ¡Seré feliz y punto!.
-¿En qué piensas? -interrumpe mis pensamientos Anton.
-En nada -sonrío.-Ajá, eso no parecía nada.
-Luego lo sabrás. -alzo mis cejas y río.
-Mnnn, estas rara. ¿Qué será?-Nada malo te lo aseguró.
-Vale -dice sin confianza.
Uno de los chicos de servicio llega con nuestros platos y yo coloco a mi hija en su silla para darle de comer un poco de crema de tomate que he pedido para ella. Creo que la mejor parte de que Alexia ya pueda comer algunas cosas, hace que ya no se desespere por la leche de mis pechos.
-¡Mamá!-Esa soy yo princesa -guio la cuchara a su boca.
La veo saborear y una vez que ve y le gusta traga sin protestar su comida. ¡ Es tan hermosa! .
Empiezo a darle de comer y me agrada saber que mi hija es de buen paladar y no se queja mucho a la hora de alimentarla. Escucho los murmullos de unas señoras sentadas en la mesa de nuestra izquierda y sonrió internamente al saber que hablan bien de mi hija.Acabo de darle de comer y coloco uno de sus juguetes en sus manos para que así se distraiga y junto a Anton podamos comer.
Empezamos a hablar sobre el recital de Camila que es la próxima semana teniendo a la pequeña como la actriz principal de la obra. Hablamos por un buen tiempo y al final decidimos que luego de ellos deberíamos celebrar su gran debut como protagonista.
Mi teléfono suena de golpe y contesto enseguida al ver que es el número de Clara.
-Hola
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Un knockout al corazón ®( EDICIÓN)
RomanceOBRA REGISTRADA: 1805267192111 -Fíjate por donde andas niña - dijo una voz fría cuando uno de mis hombros choco con su pecho de acero. -Lo siento - tartamudee al ver sus enormes ojos grises clavados en los míos. -Sí, como sea - susurro antes de dej...