2.11: Lo mejor de dos mundos

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7:30 pm y yo me encontraba sentada en un banco de la plaza más cercana a mi consultorio. Tercer banco a la derecha, para ser más exacta.

Eso mismo le había dicho a Connor, quien me pasaría a buscar como que... Ahora.

Habíamos acordado encontrarnos a esta hora aquí, luego de que ambos saliéramos del trabajo. Pero el idiota se estaba tardando y me daba miedo de que algo le hubiese pasado. O alguien, como Rebecca. Si ella o Jacob llegasen a descubrir todos los encuentros escondidos, lo que hacíamos, los te amo... Estaríamos jodidos.

Realmente odiaba hacerle esto a Jake. Él era un gran chico, al que había llegado a amar verdaderamente por mucho tiempo. Sabía que no se merecía lo que le estaba haciendo, ¿pero cómo lo detenía? Hace como tres semanas que Connor y yo estábamos engañándolos, ¿cómo hacíamos para dejar de hacerlo? Para cortar todo con ellos. No podía dejar a Jake de un día para el otro y me mataba que él creía que todo seguía igual que hace dos meses atrás. Pero tampoco podía comenzar a tratarlo mal o distanciarme, no podía ni quería.

Me sentía Hannah Montana. No, no porque fuera rubia platinada, ni porque supiera cantar. Mucho menos por ser famosa. En realidad, me sentía como Hannah y Miley. Tenía lo mejor de dos mundos.

Pero, a la vez, esto de estar escondiéndonos cada vez que nos queríamos ver, que queríamos besarnos, tocarnos, hasta si quiera hablar, me estaba colmando un poco la paciencia. Hasta cierto punto llegabas a aguantarlo, pero creía ya haber pasado ese límite. Amaba a Connor, quería gritarlo a los cuatro vientos. Y no podía hacerlo.

Una bocina me sacó de mis pensamientos. Connor.

Me acerqué con una sonrisa y abrí la puerta del copiloto para luego ingresar y sentarme a su lado.

-Y por fin la veo, doctora Blanchard.- saludó.

-Debo decir que se ve muy apuesto con esa camisa, señor Miller.

-Podrías haber dicho economista Miller, ¿no te parece?

-Mmm, no.- negué- Sabes que odio tu trabajo.

-No, no lo haces.- desafió, con una sonrisita picarona, mientras se acercaba a mí.

-Sí, si lo hago.- continué el juego con su misma sonrisa.

-Claro que no.- dijo y unió nuestros labios en un apasionado beso que cada vez subía y subía más de tono. Debido a ello, debí separarme.

-¡Oye!- se quejó.

-Estamos estacionados en un parque, Connor.

-¿Y? Los vidrios son polarizados, nadie nos verá.- comentó volviendo a acercarse a mí, pero lo detuve por los hombros.

-En otro momento, Miller.

Connor rodó los ojos.- Aburrida.

-Adicto al sexo.

-Adicto a ti.- remató y logró callarme- ¿Qué? ¿No me devolverás el cumplido?

-Ya cállate y conduce.- ordené. Connor me obedeció con una cara burlona.

-Entonces, ¿a dónde quieres ir?

-Supuse que el señor economista tendría algo pensado.

Connor rió ante el apodo.- En momentos como este te ofrecería ir a mi casa, pero bueno, ambos sabemos porqué no podemos.

Suspiré.- ¿Qué excusa le pusiste a Rebecca?

-Que mi jefe me pidió que me quedara hasta más tarde para cerrar un trato. ¿Y tú?

MY FUCKIN' CLASSMATE (1° y 2° Temporada) ✔️ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora