2.20: Era feliz

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Las manos me temblaban de manera muy desesperada, tanto que en cualquier momento lanzaría el pequeño ramo de rosas blancas al suelo. De igual manera se encontraban mis piernas, las cuales estaba segura que me fallarían en el momento clave de la velada. ¿Por qué había decidido ponerme estos tacos aguja? Lo único que ganaría era una buena torcedura de tobillo en mi larga e interminable caminata hacia donde él se encontraba.

Y cuando creí que el corazón no podría estar más acelerado, se escuchó la marcha nupcial, dándome el pie para ingresar por las enormes puertas y hacer mi gran entrada. Tomé fuertemente el brazo de mi padre a mi lado, el cual me miró con una sonrisa algo burlona.

-¿Nerviosa?

Tragué saliva y abrí mi boca, pero ni siquiera un chillido provino de ésta. De hecho, ni siquiera logré tragar saliva, al menos no la suficiente como para no sentir la garganta cerrada de los nervios. Tenía toda la boca seca y la lengua se sentía como una pasa de uvas.

¿Se supone que debería sentirme así a punto de casarme?

Mi padre logró que me enfocara en mi caminata al tironear de mi brazo, indicándome que era momento de mover mi culo e ingresar en la Iglesia. De todos modos, no lograba comprender porqué estaba tan nerviosa. Connor y yo ya estábamos casados. De acuerdo, había sido en civil y con una lista de invitados mucho más reducida. Quizá a eso se debía, a las tantas personas mirándome. O quizá, era por la formalidad del evento. Tras dar éste sí, finalmente me sentiría Chloe Miller, aunque los papeles ya lo decían.

Wow, qué bello sonaba. Chloe Miller.

Comencé a caminar por entre medio de los asientos de madera, decorados con unas largas telas cobre brilloso. Podía sentir todas las miradas de los invitados sobre mí, lo que me ponía más nerviosa aún. No divisé a Connor hasta que mi padre me entregó a sus brazos.

¿Ya había llegado? ¿En qué momento había hecho todo el camino hasta aquí? Al parecer los nervios eran peores de lo que había pensado.

-Te ves hermosa.- susurró Connor muy cerca mío, mientras nos posisionábamos en nuestros lugares frente al cura. Parecía como si las palabras se le hubieran escapado de la boca, sin meditarlas ni por un sólo segundo. Le sonreí, sonrojada.

Me iba a casar con el hombre y aún lograba hacerme sonrojar con estúpidos comentarios.

-Eso es tan hermoso.- Ava juntó sus manos sobre su pecho.

-Seguramente se perdió en lo tan preciosa que estabas.- habló la más grande, Phoebe, y señaló una de las tantas fotos en el álbum que les estaba enseñando.

-Sin duda que estaba preciosa.- una voz se oyó de espaldas al sillón en el que los cuatro nos encontrábamos sentados. Su voz... Ahora más áspera y lenta que el día que nos casamos, pero igual de encantadora.

-¡Yo quiero oír tu versión de la historia!- exclamó Danny, el más pequeño de la familia.

-De hecho...- oía sus pies arrastrándose hacia nosotros- Yo también quiero oírla.- comenté.

Mi marido sonrió.

-Será un placer.- se sentó a un lado de Phoebe y señaló una de las fotos. Éramos ambos besándonos tras haber dado el famoso sí.- Ni bien la observé ingresar por aquellas gigantescas puertas de madera, todo nerviosismo que podía haber sentido segundos atrás, se había desvanecido de inmediato. Ella caminaba y, con cada paso que daba, con cada centímetro más cerca que se encontraba, mi corazón parecía envolverse cada vez más en una capa de seda. La observaba y simplemente era hermosa.

MY FUCKIN' CLASSMATE (1° y 2° Temporada) ✔️ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora