2.06: ¿Qué pasó con Becca?

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-Hasta la próxima.- despedí a mi último paciente del día, cerrando la puerta una vez éste se fue. .

Suspiré. Hoy sí que había sido un día ajetreado. Era como si todas las personas que no habían venido ayer debido al paro hubieran venido hoy y, en sí, muchos turnos los había reprogramado para hoy, así no perdían su sesión de la semana. Pero, debido a ello, estaba más que exhausta.

Lo único en lo que podía pensar ahora mismo era en llegar a mi casa, ponerme el pijama y tirarme en el sillón para ver mi serie favorita. Y, obviamente, estar con el novio más lindo del mundo, el cual, suponía yo, ya tendría que estar por llegar a casa del trabajo.

Luego de haber ordenado algunos papeles de los pacientes que había atendido, finalmente pude cerrar mi consultorio y dirigirme a casa.

Ya estaba a algunas cuadras, cuando mi celular comenzó a sonar. Con mucho cuidado, lo tomé del asiento del copiloto, en donde lo había dejado al haber ingresado al auto. Era Jacob.

-¿Sí, amor?- atendí.

-Hola, linda. Escúchame, acabo de llegar a casa y no hay absolutamente nada para comer. ¿Podrías pasar al supermercado y comprar algo?

Puse mis ojos en blanco. ¿Era en serio?

-Todavía no toca hacer las compras, ¿cómo que no hay nada?- pregunté sin comprender.

-Supongo que la visita de tu familia ayer nos dejó secos. ¡Esa niña sí que tiene un gran estómago!

Reí. Era cierto, Abby estaba en una etapa en la que no deja a de comer. Todo lo que encontraba, simplemente iba a la boca. Y no me refería sólo a comida. Toda cosa que le llamara la atención, ¡bum! Ya se encontraba en su boca.

Y, por favor, no sean pervertidos, no me refería a ese tipo de cosas. Sólo tiene ocho.

-¿En serio debo ir?- cuestioné indignada- Estoy realmente cansada y además ya estaba llegando a casa.

-¿Realmente volveremos a pedir comida? Ya perdí la cuenta de cuántas veces lo hicimos en el mes entero.

-¡Ey! Pedir comida es lo más.

-De acuerdo, si estás muy cansada podemos ir mañana o el fin de semana.- propuso.

Con una gran fuerza de voluntad, giré hacia la izquierda para dar la vuelta y volver sobre mis pasos, o bueno, sobre el recorrido del auto.

-No, está bien, iré ahora.

-¿Segura?

-Sí, así ya nos lo sacamos de encima. Además tienes razón, estamos pidiendo mucho. No nos podemos dar el lujo de hacerlo todas las noches.

-Te amo, ¿sabías?

Volví a reír.- Lo sé, soy lo más. Bien, te corto porque estoy manejando.

-Sí, sí, de acuerdo. Nos vemos.

-Adiós.- me despedí, cortando la llamada.

Mierda, este día parecía no tener fin.

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-Cereales, cereales...- miré hacia todos lados- ¿En dónde mierda hay cereales en este puto lugar?

-En la quinta góndola, señorita.- habló alguien a mis espaldas, dándome el susto de mi vida.

-Oh...- lo miré. Era un ancianito muy tierno.- Muchas gracias.

Y escapé del momento. Pobre hombre, me oyó maldecir a los benditos cereales. Qué vergüenza.

MY FUCKIN' CLASSMATE (1° y 2° Temporada) ✔️ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora