Mi pie repiqueteaba sobre la cerámica fría que cubría todo el suelo. Mis dientes no dejaban de mordisquear sin parar el interior de mi boca. Mis manos tocaban y enrulaban mi pelo hasta quedar entumecidos.
¿Qué si me estaba volviendo loca?
Nah. Sólo eran nervios, mezclados con ansiedad, tristeza y un leve deje de no saber qué sería de mí en unos quince minutos.
Bueno, quizá si estaba algo loca.
Además, sí que sabía qué sería de mí. Estaría sentada en un avión que acababa de despegar, rumbo a mi lugar de ensueño para casarme. O bueno, a la primera parada que me llevaría a aquel lugar. Y para casarme, sí, pero no con el hombre que amaba.
Sabía qué sería de mí... Pero eso no significaba que era lo que quería. Una parte de mí todavía esperaba que Connor cruzase aquellas grandes puertas y viniera corriendo hacia mí, pidiéndome que no me vaya.
Una puede soñar, ¿no es cierto?
Lástima que tanto soñar terminaría acabando conmigo. Porque la fantasía no se parecía en lo absoluto a la realidad. Ni en lo más mínimo. Sabía que él no vendría, no lo había hecho hace ocho años, ¿por qué habría de hacerlo ahora? Ni siquiera se limitó a tocarme la puerta de mi casa en todo el día.
Seguramente se encontraba con la estúpida de su novia en su estúpida consulta con el estúpido médico.
Okey, me sentí mal con aquello. Becca no era estúpida, de hecho, ella era una gran chica.
<<Digamos que la estuvieron engañando y no se dio cuenta. Sí que es estúpida.>>
Rodé mentalmente mis ojos ante el pensamiento de mi alter ego, ignorándolo.
Y el que Becca fuera una estupenda chica, hacía que todo este asunto fuera más horroroso para mí. YO había hecho que su prometido la convirtiera en el alce más grande del mundo, YO. Por supuesto que había tenido ayuda, es decir, ser amantes era algo de dos personas, pero no venía al caso. Participé en lastimar a una pobre chica que lo único que hizo fue enamorarse del hombre incorrecto.
O tal vez yo fuera esa pobre chica que se enamoró del hombre incorrecto. Tal vez nunca debería de haber sucedido todo esto. Tal vez estaba haciendo lo correcto.
¿A quién quería engañar? No estaba haciendo lo correcto. Me iba a casar con un hombre al que no amaba, ¿qué tan correcto podía ser eso? Pero, puesto que no podía estar con el que verdaderamente amaba, me conformaba. Quizá pudiera volver a amar a Jacob como logré hacerlo alguna vez. Quizá lograría volver a amarlo como él se lo merecía. Pero todavía, seguía esperando lo imposible: que Connor cruzara esas malditas puertas.
Cada vez que la puerta se abría, la esperanza me invadía. Y cada vez que se cerraba, dejando a la vista a un completo desconocido para mí, ésta se esfumaba de repente. Y los nervios, ansiedad y tristeza me volvían a invadir, transmitiéndoselo a mi cuerpo en manías muy molestas.
-¡Ya basta!- exclamó Jake a mi lado- Me estás poniendo nervioso, mierda.
-Lo siento.- me disculpé, deteniendo mi pie.
-¿Y qué tanto miras? ¿Alguien te vendría a saludar?
Ojalá.
Rápidamente mi vista se dirigió a él, negando rotundamente con mi cabeza.- No lo sé, sólo estoy aburrida.
Una sonrisita traviesa se extendió por los labios de mi acompañante, mientras pasaba sus manos por mi cintura, pegándome a él.
-En unos minutos estaremos sentados, listos para convertirnos en marido y mujer.
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MY FUCKIN' CLASSMATE (1° y 2° Temporada) ✔️
Teen FictionMY FUCKIN' CLASSMATE Compartir la misma secundaria que Connor Miller... Podía aceptarlo. Compartir la misma clase que Connor Miller... Podía soportarlo. Compartir el mismo grupo de amigos que Connor Miller... Podía manejarlo. Pero compartir un proye...