2.10: Estúpida adolescente enamorada

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Honestamente...

¿CÓMO DIABLOS LLEGUÉ A ESTAR AQUÍ?

En la fila del cine, riéndome como una estúpida adolescente enamorada que se había escabullido de casa de sus padres cuando éstos le dijeron muy firmemente que no saliera.

Por supuesto que en este caso mis padres, eran Jacob, y no era que me hubiera prohibido salir... Simplemente no lo sabía. Y de ahí venía mi actitud adolescente de estar ocultándome de toda persona que se viera sospechosa y me descubriera con alguien que, justamente, no era Jacob, mi prometido.

Todo el asunto de enamorada era, por supuesto, por Connor, quien se acercaba sonriente a mí con un gran bowl de pochoclos y dos bebidas entre sus manos.

-Para la señorita.- pronunció pasándome una de las coca cola.

-Gracias.- sonreí, aceptándola.

-¿Ya te dije lo linda que te ves hoy?

-Como unas cien veces.- lo miré con una cara burlona, él rodó los ojos.

-Y lo seguiré diciendo. Es que realmente estás preciosa.

-Connor,- reí- estoy igual que siempre.

-¿Te digo un secreto?- se acercó a mi oído y susurró muy cerca de él, erizándome todos los vellos de mi nuca- Siempre fuiste hermosa.

El color no tardó en subir a mis mejillas.

¿Recordaban cuando les había dicho que era como una adolescente enamorada? Bueno, no había mejores palabras para mi estado en este preciso momento. Me sentía una completa y estúpida adolescente enamorada. Con Connor era así, el lograba llevarme a cuando ambos teníamos 18 y estábamos enamorados. Me hacía sonreír como una idiota cada vez que lo veía y me aceleraba el corazón cada vez que sonreía. Finalmente, y gracias a él, volvía a sentirme viva, porque no había mejor sentimiento que el amor, el amor verdadero.

Sí, a Jacob lo amé verdaderamente. Pero con él era distinto, siempre lo había sido. Connor era el amor de mi vida y nada ni nadie podía competir con eso.

La fila comenzó -finalmente y gracias a todos los santos- a moverse hasta que logramos ingresar.

-Es por aquí.- indicó Connor, tras mirar en los boletos del cine, para luego conducirme hacia nuestras respectivas butacas y sentarnos.

Miré a mi alrededor. El cine estaba repleto. Todavía no lograba descifrar cómo habíamos conseguido entrada el mismo día para esta película en particular, que se había estrenado hace menos de una semana. Tuvimos suerte, sin duda alguna.

De la nada- y sacándome de mis pensamientos- mi acompañante comenzó a reír.

Lo miré confundida.- ¿Qué te ocurre?

-Sólo que... ¿Recuerdas la última vez que vinimos juntos al cine?- cuestionó y fruncí mi ceño, rebuscando en mi memoria- No estábamos juntos y ni siquiera habíamos venido juntos. ¡No éramos ni amigos! De hecho, ¡nos odiábamos!

-¿Y por qué eso te causa gracia?

-Me refiero a que...- se removió en su asiento- Fíjate cómo cambian las cosas. Nos odiábamos y ahora somos amantes.

-¡No digas esas cosas!- exclamé, pegándole en su hombro.

Odiaba que nos describiera así, que nuestra relación estuviera definida de esa forma, que llevase ese nombre, esa etiqueta. Pero lo que más odiaba de todo, era que era la cruda verdad. Éramos amantes, engañábamos a nuestras parejas, muy muy descaradamente.

MY FUCKIN' CLASSMATE (1° y 2° Temporada) ✔️ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora