54: Locamente enamorada

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Estiré mi mano hacia el otro lado de la cama y, al no sentir un cuerpo a mi lado, comencé a tantear todo el espacio restante de la cama. No había nada. Entonces, abrí los ojos extrañada y me senté, examinando perfectamente cada rincón, en busca de una nota o algo parecido.

Al haber sido mi búsqueda inútil, tomé mi celular de la mesita al lado de mi cama, pero tampoco había ningún mensaje.

Como por arte de magia, aparecí de la nada al pie de las escaleras.

No sentía olor a café, ni té, ni tostadas, ni cualquier cosa que pudiera ser ingerida en el desayuno. Lentamente, abrí la puerta de la cocina llevándome una gran sorpresa.

Él no estaba aquí.

Oh no, Connor, no de nuevo.

Me senté en el sillón lentamente y esperé.

Esperé y esperé.

Podría jurar que ya había pasado más de media hora y Connor todavía no se aparecía.

El muy hijo de puta se había ido, ¡de nuevo!

¡Cómo pude ser tan estúpida de haber vuelto a creer en él! ¿Por qué había creído en sus tontas palabras?

Esto no me podía estar sucediendo, no de nuevo, no otra vez.

-No, no, no.- me moví bruscamente- ¡No, Connor, no!

Exaltada, me senté en la cama. Estaba toda transpirada y mi respiración era entrecortada.

Había tenido una pesadilla, de esas en las que recuerdas algo que ya pasó. Miren hasta qué punto llegué que mi máxima pesadilla era que Connor se alejara de mí.

Aún algo exaltada por lo que acababa de suceder, me giré hacia mi costado. Grave error.

No tenía ganas de llorar o lamentarme. Tenía ganas de gritar, romper cosas y matar al muy hijo de puta de Connor Miller. Esta vez era real, ¡él no estaba!

-Oh no, no me harás esto de nuevo...- dije amenazadoramente mientras me levantaba de la cama hecha una furia.

Bajé corriendo las escaleras y escaneé vagamente el living. Definitivamente el mentiroso no estaba allí. Lo que sí estaba era el té que me había hecho ayer por la tarde pero, por motivos obvios, no lo había tomado.

Abrí la puerta de la cocina lo más fuerte que pude- ocasionando que esta se estrellara estruendosamente contra la pared- e ingresé con la sangre hirviendo por todo mi cuerpo. Pero algo me hizo detener. Más que algo, alguien. Alguien sin camisa y con el pelo alborotado, quien me miraba confundido por mi acto anterior, pero a la vez poseía una leve diversión en su sonrisa.

Abrí bien grande mis ojos.- Co-Connor, estás...

-¿Bien guapo por la mañana? Oh querida, ya lo sé.- movió su mano desinteresadamente, bromeando.

Pero no pude reaccionar a las estupideces que estaba diciendo esta vez debido a mi petrificación ante su presencia. Y sin pensarlo, me abalancé sobre él y lo abracé con todas mis fuerzas. Aquello pareció tomarlo por sorpresa, pero a los segundos ya me estaba devolviendo el abrazo.

-¿Y esto a qué se debe?- preguntó entre risas.

-Creí que te habías ido, que me habías abandonado de nuevo.- admití con algo de vergüenza.

-Chloe...- me separó de su torso y me miró intensamente a los ojos- Te dije que no lo haría, esta vez fue en serio. Debes confiar en lo que te digo.

-Es que, Connor... Es difícil después de lo que hiciste.

-Lo sé, linda. Lo sé.- me volvió a abrazar- Pero lo importante es que estoy aquí, que no me fui. Yyyy- alargó la letra- Te estoy preparando un riquísimo desayuno.

MY FUCKIN' CLASSMATE (1° y 2° Temporada) ✔️ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora