Capítulo 32.

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―Así que esto es un reproductor de discos ―dijo Dylan―. Y así es como
funciona.

El tomo el disco, saco el vinilo de la cubierta y la colocó con cuidado en lo que llamó ‘‘plataforma giratoria’’. El volvió el reproductor y recogió el ‘‘brazo’’.

―Ahora, esta es la parte difícil. Tienes que ser muy cuidadosa cuando coloques el brazo en el disco. ¿Ves la aguja en la punta?

Miré de cerca y asentí.

―Eso es lo que toca las canciones, pero también puede rayar el disco. Así que poco a poco y con cuidado es el nombre del juego ―dijo Dylan bajando el ‘‘brazo’’ y colocando suavemente la aguja en el borde exterior del disco―. Yo no uso palancas de pre-escucha. Esas son para aficionados.

―No tengo ni idea de lo que me estás hablando ―le conteste.

―Oh, simplemente coloca el ‘‘brazo’’ para ti. Se supone que es una manera más segura de escuchar la pista, pero tengo una mano muy firme, rayas mínimas, ¿Lo ves?

Me reí.

―Uh, sí. Por supuesto.

Dylan sonrío.

―El vinilo se reproduce desde afuera hacia adentro. Si quieres escuchar las canciones en el orden de la lista de reproducción.

― ¿Eh?

―Ya verás como el brazo se mueve hacia el centro mientras se reproduce el disco ―explicó―. Los CDs se escuchan desde adentro hacia afuera.

―Oh ―escuché un poco de estallidos y chisporroteos antes del inicio de la
primera pista.

― ¿Algo en particular que quieras escuchar?

―Bueno, ya he escuchado todo el disco ―le dije.

― ¿Qué canción te gusto más?

―Uh, me gusta mucho ‘‘Stem/Long Stem’’ ―le contesté.

Me sentía tonta diciendo el título en voz alta.

No pensé que esas palabras pertenecieran a mi boca.

―Stem/Long Stem será ―dijo Dylan y detuvo la reproducción.

Observé mientras esperaba que el tocadiscos se detuviera por completo antes de sacar el‘‘brazo’’ del vinilo.

El volteó el disco, se volvió al reproductor una vez más y colocó
la aguja en la segunda banda desde el borde exterior.

Un poco más de chisporroteos y estallidos antes de comenzar la canción.

Escuchamos en silencio por un tiempo, y yo intenté con todas mis fuerzas oír las sutiles variaciones con la versión en vinilo, pero confieso que la única diferencia parecía ser los sonidos silbantes e intermitentes de la superposición de la música.

―No entiendo ―confesé― Suena sucio para mí.

―Me estas matando, Anastasia ―dijo Dylan―. Esto es música en su forma más pura.

Le sonreí tímidamente
.
― ¿Los DJs tienen bandas? Quiero decir, ¿Cómo incorporan todos esos
instrumentos?

―Jesús Cristo.

― ¿Qué? ―le pregunté indignada―. ¿Cómo diablos voy a saberlo?

―Los DJs utilizan muestra.

― ¿Está bien?

Dylan negó con la cabeza.

―Una muestra puede ser cualquier cosa. Un clip de una emisión de noticias. Un clip de una canción, un discurso, una película. Efectos de sonido. En realidad puede ser cualquier cosa. Y los DJ combinan todos ellos a la perfección para hacer una canción coherente, una nueva muestra descompuesta.

―Pero no crean nada realmente nuevo ―argumenté.

Dylan se quedó sin aliento y detuvo el tocadiscos.

― ¿Me estas tomando el pelo?
―preguntó―. Entonces tú tendrías que decir lo mismo de todos los músicos. Nadie hace las notas en un piano o los sonidos de una guitarra. Pero cada música manipula esas notas existentes para crear algo fresco y
nuevo. Algo original. El Sampling( Mezcla de muestras musicales) no es diferente.

―Está bien, entiendo lo que dices.

Dylan volvió a prender el reproductor.

― ¿Por qué te gusta esta canción? Quiero decir, es realmente una buena opción. Solo me preguntaba por qué.

Me rasqué la cabeza y me encogí de hombros, mirando a la pared opuesta. No estaba segura de que decirle.

Él podría pensar que yo estaba tratando desesperadamente de ser profunda o compleja. Pero la verdad es que me ha gustado esta canción en el segundo que la escuché porque era como yo, justo en el borde de la bondad, justo en el borde de la
elección, ese espacio entre el movimiento hacia algo positivo o caer en el abismo.

Escogí caer.

Una vez.

Solo una vez.

Y ahora todo había cambiado, y yo no podía soportar la oscuridad.

― ¿Anastasia?

Seguí mirando, pensando en ese momento en el que estuve de acuerdo en inhalar cocaína por primera vez.

La única vez.

Y solo una línea.

Me quemó la nariz, pero luego fue como un crujido brillante, al igual que el estallido del vinilo.

Me puse de pie después de inhalar la línea blanca, pero mi cuerpo seguía subiendo, subiendo cada vez más.

Recuerdo levantar mis brazos, convencida de que los ángeles agarraban mis manos y me estiraban. Yo estaba volando y siendo estirada
al mismo tiempo.

― ¿Anastasia? ¿Estás bien?

Gire la cabeza hacia Dylan.

―Gracias por dejar que lo escuchara. Me tengo que ir.

―Bueno, espera. Déjame que te devuelva tu disco.

― ¿Eh?

―Christian lo compró para ti ―dijo Dylan, colocando el vinilo suavemente en su cubierta.

― ¿Qué? Pensé que solo lo aparto ―confesé, tomando el registro.

¿Qué demonios iba a hacer con él? Yo no tenía un tocadiscos.

―No, él lo compro.

Me sentí alagada y enojada, ¡El Sr.Grey no tenía que comprar un disco para mí! Fue vergonzoso, y yo solo podía imaginar lo que estaba pensando Dylan.

Vislumbré su cara y pensé que lo atrapé en una media sonrisa.

― ¿Qué es tan gracioso? ―le exigí.

― ¿De que estas hablando? ―respondió.

Y luego añadió en su voz baja

―. Oye, sin juzgar.

―No puedo tomar esto ―dije,
empujando el disco en sus manos.

Él lo empujó hacia mí.

―Esta pagado. Escúchalo con tu profesor de matemáticas.

Bufe y me volví sobre mis talones.

Lo escucharía con mi profesor de
matemáticas.

Será mejor que creas que lo haré.

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Problemas y mas problemas se avesinan ...

Grey El Profesor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora