Capítulo 48.

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—Lo sé— dijo, sus labios en mi pezón.

Gentilmente me mordió, y exploté.

Pequeños rayos de placer acompañaron mis gemidos.

Ondee mis caderas hasta que el ultimo rayo salió, dejándome caliente y adormilada.

Christian me empujo hacia arriba, dejándome colocar mi cabeza en su hombro.

—¿Cómo hiciste eso?— pregunté, mis labios rozando su piel.

—¿Hacer qué?

—Hacer que mi cuerpo hiciera eso sin que incluso me tocaras.

—Oh.— estuvo en silencio por un momento—. Supongo que soy así de
bueno.

Reí.

—Eres arrogante.

—¿Quieres saber la verdad?

—Sí.

—Nunca le he hecho eso a una chica antes.

—Oh.

—Me gusta eso que puedo hacerte. Me hace sentir poderoso. ¿Es así de malo?

Sacudí mi cabeza.

—Es muy fácil ser posesivo para ti. No voy a mentir. Nunca he sido de esa
manera. Es alarmante, en estos momentos se siente como una descarga de adrenalina cuando vienes. No sé cómo sacármelo de encima.

—Me siento poderosa a veces. La forma en que me miras. Como si pudiera hacer que hicieras cualquier cosa. Rogarme. ¿Eso es malo?

Christian rió entre dientes.

—No, eso no es malo. Ese tipo de poder solo viene naturalmente de ser una mujer.

Me senté y lo miré.

—Pero yo en realidad no tengo ningún poder en absoluto.

—¿Por qué piensas eso?.

—Porque tú eres mayor y más fuerte. Y en cualquier momento podrías
olvidar esto, y yo sería incapaz de pararlo.

Christian acarició mi mejilla.

—No voy a olvidar nada.

—¿Lo prometes?

—Lo prometo.

* * *

—No lo sé, Avery— dije, sintiendo un nudo de corbata en mi estómago.

Estábamos sentadas en su coche conduciendo para depilarnos.

—¿Anastasia? Confía en mí, está bien.— respondió Avery—. No es tan malo. Solo respira hondo cuando Luana te lo diga.

—¿Respirar hondo?

—Eso ayuda con el dolor. Creo que es la misma técnica que usan en el parto.

—¡Eso es! ¡Olvídalo!— dije abriendo la puerta del coche.

Agarró mi brazo a tiempo y me puso en el asiento.

—Para de ser tan cobarde— dijo.

—Lindo. Eso es lindo— respondí.

Avery rio.

—Anastasia, te prometo que lo amaras. Esto hará del sexo un trillón
de veces mejor.

—No estoy teniendo sexo— repliqué

—Oh. Bueno, cuando lo tengas, hará del sexo un trillón de veces mejor.

—¿Cómo lo sabes? No tengo nada con que compararlo— dije, y cerré la
puerta del coche.

Grey El Profesor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora