Capítulo 47. Coqueta.

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Estaba lo suficientemente sudoroso al final de la canción y sugirió que
tomáramos un respiro para la próxima.

Me gustó como me incluyo en el “respiro” como si hubiera bailado en absoluto.

—Te estaba venerando allí —dijo, bebiendo una botella de agua que había comprado cuando llegamos.

—¿Qué?

—Cuando estaba bailando a tu alrededor. Era realmente una forma de adoración —explicó.

Me sonrojé.

—Tengo la intención de adorarte de otras maneras más tarde esta noche —continuó.

Sus palabras pusieron mi piel en llamas.

—Estuviste genial allí —dije, retorciéndome en mi asiento.

—Todo para ti, Anastasia —respondió Christian—. Me das el ritmo, eres el ritmo.

Fue tan dulce y tan cursi.

No pude evitarlo.

Me eché a reír.

—¿Te estás riendo de mí? Pensaba que esa línea era buena.

—Fue perfecta —contesté, y besé su mejilla.

—Bueno, llámalo ritmo. Llámalo como quieras. El punto es que me haces feliz. Soy tan feliz contigo, Anastasia —dijo Christian.

Besé su mejilla a cambio, luego moví su boca a mis labios.

Habló en mi boca.

—Tal vez un poco más, ¿y luego nos vamos a casa?

—Mmhmm —respondí, y presioné mis labios en los suyos.

Era tarde.

Ambos estábamos cansados.

Pero ninguno quería dormir.

Dormir era una pérdida de tiempo, no teníamos tiempo de sobra.

Me senté en su regazo.

Creo que es su posición favorita.

—Eres la cosa más bonita. — dijo pasando sus dedos por mi cabello.

Lo dejó caer en mis hombros,entonces atrajo mi cara ahuecándola cerca de la de él.

Me besó suavemente, sus labios barriendo hasta abrir mi boca, y pude saborear su aliento caliente y húmedo en mi lengua.

Lamí sus labios exactamente
de la forma en la que le encanta, pasando mi lengua por su labio inferior suavemente, amagándole, hasta que gruñó y presionó su boca firmemente contra la mía.

Era muy fácil para él, y no quería resistir cuando gentilmente me bajo la blusa, exponiendo mi sostén strapless.

Rompió nuestro beso, echándome hacia atrás para ver mi pecho.

—Tu sostén es lindo. — dijo.

—Gracias. — repliqué.

Escogí este sostén en particular esta noche porque era muy bonito: de encaje y negro con perlas entre las copas.

—Quiero quitártelo. — dijo Christian.

Me estremecí.

Le gustaba decirme lo que me iba a hacer.

De una manera matemáticamente ordenada.

Directa, precisa.

No había lugar para malos entendidos.

Grey El Profesor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora