CAPÍTULO 7

449 18 0
                                    

Una hora después tenía todo preparado, la bendita torta de chocolate que se le antojó y una jarra con jugo junto a dos vasos, todo en una bandeja. Mis padres dormían la siesta así que por suerte no tuve que dar explicaciones, y sin más me dirigí a su cuarto, preparada para la peor tarde de mi vida.

- Adelante - gritó y sin verlo ya sabía que estaba sonriendo.

De hecho se le ensanchó la sonrisa cuando vio la bandeja que traía, creo que no se esperaba que lo obedeciera. Se sentó rápidamente en la cama y se cubrió un poco con el acolchado, dejando a la vista su torso desnudo, el cual aparentemente le encantaba mostrar. Me hizo señas de que me acomodara sobre la cama y eso hice, sentándome a lo indio y depositando la bandeja sobre mis piernas.

- La hiciste vos? - preguntó asombrado y asentí, seria - Wow, no me lo esperaba, pensé que ibas a venir a rebolearme algo por la cabeza.

- Yo cumplo con mi palabra, espero que vos cumplas con la tuya - dije y asintió.

- Gracias - murmuró y me encogí de hombros.

- Me voy yendo, no me parece buena idea eso de quedarme a...

- No - me interrumpió - Te quedás, es una orden.

Suspiré, rendida, y me dispuse a servir el jugo.

- Hace cuanto estás con ese salame? - preguntó de la nada y fruncí el ceño - El de la fiesta.

Reí por como lo había llamado.

- No, no estoy con él.

- Entonces, qué onda? Te lo comés cuando salís? - preguntó y reí, me incomodan mucho estos temas, y más con esas preguntas tan directas que él hacía.

- Tampoco - bajé la mirada - No soy de esas que están con cualquiera.

- Pero a él lo conoces...

- Si, y me gusta desde hace años - expliqué y levantó ambas cejas - Ayer me registró por primera vez en su vida y bueno, llegaste vos y arruinaste todo.

Sonrió. Por qué lo hacía?

- Que bueno que lo arruiné, no me gusta para vos - dijo y casi escupo todo el jugo.

- Qué? Me tiene que gustar a mi, no a vos.

- Ya me lo vas a agradecer algún día, vas a ver - dijo y rodé los ojos.

- Y vos? Contame algo de vos... Tenés novia? - pregunté y largó una risa.

- Te interesa saberlo?

- Y por algo te lo pregunto. Sí, me interesa - dije directa, y sonrió, pero esta vez sin mostrarme sus perfectos dientes.

- No, no tengo. La última vez que tuve terminé mal, no me interesa volver a pasar por lo mismo.

- Cómo que terminaste mal? No entiendo - pregunté, curiosa, y él hizo una mueca de dolor.

- Eso no importa.

Bufé. Por un momento me pareció ver otro Julian, uno más sensible, vulnerable, cargando con un dolor que probablemente nunca iba a conocer, porque siempre se empeñaba en mostrarse fuerte ante los demás.

- Te envidio, igual - largué y él levantó la mirada, conectándola con la mía - Yo nunca tuve novio, nunca sufrí por amor, nunca sentí absolutamente nada por nadie - suspiré mientras él me miraba atento, con seriedad - Creo que preferiría morirme de dolor, antes que esto, antes que no sentir nada.

- Es que sos muy chica todavía, igual no te perdés de mucho, no se por qué pensás así, yo creo que debe ser mejor no sentir nada.

No se por qué me abrí con él, jamás había hablado de esto con nadie, ni con mi mejor amiga. No se por qué debería hacerlo con un extraño al que casualmente odio.

- Mañana empezás las clases, no? Estás contento? - indagué para cambiar de tema.

Rió.

- Por qué habría de estar contento? - reí yo también, tenía razón.

- No se, conocer gente nueva, creo que eso es lo único positivo - dije y se encogió de hombros.

- Tu amiguito Nicolás me debe odiar, por ende todos mis compañeros también.

- No creo, son buenos, Pablito es lo más - dije y asintió - y la mayoría de sus amigos tambien - agregué - Y con las chicas no creo que tengas problema.

- Por qué? - preguntó sonriendo.

- Porque van a caer todas muertas, vas a ver - dije y se mordió el labio mientras negaba con la cabeza - Y las de mi clase olvidate, te van a acosar.

- Para tanto? - rió - No creo, igual, no me interesa.

Pasé la tarde hablando con él, de la vida, conociéndonos. Mi postura no cambió, me sigue pareciendo un creído, y me cae tan mal como el día que lo conocí. Pero al menos pude entender que actúa de esa forma porque sufrió bastante, y eso me motivó un poco a intentar ser más tolerante con él.

Maldito Destino-Orian- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora