CAPÍTULO 41

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Dejé un beso en su frente ya que al parecer se había quedado sin palabras, y me hizo señas de que me acostara a su lado. Eso hice, y sin decir nada nos quedamos dormidos, como tantas otras veces.

Cuando me desperté estaba sola, genial. Con dificultad, debido a la oscuridad de la habitación, alcancé mi celular que había dejado sobre la mesita de luz y suspiré al ver la hora, 21:35. No se si era por el cansancio de toda la semana pero lo cierto era que mis siestas cada vez se me iban más de las manos.

Me levanté torpemente y salí, siguiendo los gritos que provenían del living. Julian y Agustín jugaban a la play, en cuero, para variar, y sonreí al verlo reír de esa forma. Enseguida despegó su vista de la pantalla y se puso serio cuando sus ojos se encontraron con los míos. Vamos, todavía seguía enojado? Agus le pegó un codazo en cuanto se dio cuenta de su distracción y automáticamente volvió a volcar toda su atención en el juego.

- Ori, te guardamos pizza, está en la cocina - gritó Agustín y bufé, desde cuándo no me despertaban para comer?

Jenny me sonrió y se levantó enseguida del sillón para acompañarme.

- Qué onda? - pregunté una vez solas.

- Con Julian? Está raro - admitió y me mordí el labio.

- Pensé que ya estaba todo aclarado, pero parece que se levantó de pésimo humor - dije mientras recalentaba unas porciones de pizza en el microondas.

- Dejalo que ya se le va a pasar.

- Vos cómo hiciste para que Agus se lo tome con tanta tranquilidad? - pregunté curiosa y se encogió de hombros.

- No se, supongo que es su personalidad. Obviamente que no le gustó mucho, pero en vez de hacerse la cabeza lo toma con humor. Sabe que no voy a hacer nada, al parecer confía en mí.

- Bueno Julian no. Va, que se yo, piensa que allá todos se van a morir por mí - dije irónica y reímos - Para un poco, paranoico, ni que fuera la última mujer en el mundo.

Luego de comer y charlar por incontables minutos, volvimos al living y en cuestión de segundos ya había juntado todas mis pertenencias. La miré a Jenny y ella habló.

- Chicos, nosotras nos vamos a lo de Ori a aprontarnos para salir. Nos pasan a buscar después, cuando estén listos?

- Sí, banquen que yo las llevo - respondió rápidamente su novio, mientras Julian ni siquiera nos miraba.

En un par de minutos ya estábamos en su auto de camino a casa. Yo sentada atrás mientras la parejita feliz se divertía en los asientos de adelante. Por momentos envidiaba lo bien que se llevaban y que jamás tuvieran ni una sola pelea.

- Llegamos, señoritas - bromeó Agustín.

- Cuánto le debemos? - pregunté asomándome entre los dos y él rió.

- No se preocupe, se lo cobro luego a su amiguita - me guiñó el ojo y le despeine el pelo antes de bajarme.

Maldito Destino-Orian- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora