CAPÍTULO 25

437 20 1
                                    

Corrí hacia abajo y en cuando me encontré con Jenny, tiré de su brazo.

- Nos vamos.

- Qué? - gritó sorprendida y preocupada a la vez - Pasó algo?

- No preguntes - respondí ya bastante fastidiosa y asintió.

Fue en busca de su novio, quien sin preguntar nada agarró su campera, las llaves del auto, y a los pocos minutos estábamos desapareciendo de aquella casa. Fui todo el viaje acostada en la parte trasera del auto, con la cabeza sobre las piernas de mi amiga, quien sin decir nada me acariciaba el pelo, intentando que me relaje. No pude dormir nada, obviamente, y me pase todas esas horas maquinando y pensando en él.

Llegamos finalmente y luego de despedirse de su novio, Jenny bajó junto a mí, repitiendo una y otra vez que no se iba a ir de al lado mío hasta que estuviera mejor. Ella pudo dormir hasta pasado el medio día y yo, cada cinco o diez minutos me despertaba con la vibración del celular bajo mi almohada. Tenía como cinco llamadas perdidas de Julian, y un par de mensajes, que no dudé en abrir.

"Ori, dale atendeme"

"Podemos hablar?"

"Perdoname, soy un boludo, ya lo se, por favor contestame, puteame por lo menos"

Bufé. Apagué el celular y me quedé toda la tarde acostada con Draco, sin ni siquiera comer, mientras Jenny insistía en levantarme el ánimo, lo cual era imposible.

Continuó llamándome reiteradas veces a lo largo de la semana, y llenándome el whatsapp de mensajes suyos. Se estaba volviendo insoportable y cada vez me daban menos ganas de responderle, tanto que al mes terminé bloqueándolo, finalmente. Me iba a hacer bien no leerlo más y creo que le iba a hacer bien a él dejar de lamentarse tanto y hablarme sin obtener ningún tipo de respuesta.

14/03/14

Primer día de clases de mi último año, se suponía que era algo positivo si lo pensabas de esa forma, pero en mi caso no me hacía ni un poco de gracia volver al colegio. Jenny, Mariel, y todo el resto de mis compañeros estuvieron bastante alterados durante toda la mañana, mientras yo, recostada sobre el banco, hacía lo único que me mantenía contenta y distraída durante todos estos meses, hablar con él.

Veníamos hablando hace varios meses, poco tiempo después de lo sucedido en Paraná. Yo realmente no estaba como para pensar en otra persona que no fuera él, pero con el paso del tiempo Nicolás se fue volviendo alguien muy importante en mi vida, de los pocos que me hacían reír con un simple comentario o gesto, y era capaz de olvidarme de todo cuando pasábamos tiempo juntos. No voy a decir que estoy enamorada, no lo estoy, pero me gusta tanto que cada día que paso con él me duele un poco menos recordar a Julian, y puedo asegurar que lo estoy aprendiendo a querer cada vez más.

No somos más que amigos con un poco de derechos. Derecho a salir juntos, a hacer planes para pasar la tarde, a darnos algún que otro beso de más, con algo de culpa, como si estuviéramos traicionando a alguien. No más que eso, en realidad, no necesitaba más que eso. Me hacía bien, y calculo que yo a él.

Quedamos en que lo iba a pasar a buscar por la facultad cuando saliera de clases. Estudiaba relaciones internacionales y su facultad quedaba a un par de cuadras del colegio, por lo que no me costaba ir hasta ahí y volverme con él. Llegué unos minutos antes de que saliera y me enchufé los auriculares mientras lo esperaba, sentada en las escaleras de entrada. Estaba concentradísima tarareando la canción cuando unas manos despeinaron mi cabeza. Salté algo asustada y reí al verlo.

- Idiota, me asustaste - grité y él me abrazó fuerte evitando que le pegara.

- Cómo estuvo tu primer día? - preguntó entusiasmado y me encogí de hombros.

- Aburrido, siempre lo mismo - me quejé y negó con la cabeza, con una sonrisa tan linda que no dudé ni cinco segundos en colgarme de su cuello y dejar un beso tierno en sus labios.

No solíamos ser muy demostrativos, menos en público, pero hacía días que no lo veía y cada tanto me daban esos impulsos en los que ni yo me reconocía.

- Ah, bueno - murmuró cuando me separé un poco para mirarlo a los ojos.

- Te extrañé, tonto - reí y se mordió el labio - Con esto de la facultad ya no me das bola.

- Pero callate chanta, vamos mejor - dijo entre risas mientras bajaba las escaleras rodeando con su brazo mi hombro.

- Hoy fiesta en lo de Pablito, como en los viejos tiempos - comentó bastante ilusionado en cuanto arrancó el auto.

- Jodeme - reí.

- La soltería le pegó fuerte, parece que vuelven las jodas - respondió entusiasmado pero a mi no me hizo mucha gracia.

- No se si ir - dije a los pocos minutos y él giró la cabeza para mirarme, sorprendido.

- Jenny es mi amiga... No, no se si da.

- Y yo que soy? - preguntó enseguida y se produjo un silencio algo prolongado - No contestes mejor - agregó y reí - Pero dale, vamos, Jenny no se va a enojar porque salgas conmigo.

Negué con la cabeza y esperó a que le diera mi respuesta final.

- Está bien, pero que conste que voy por vos, eh - sonrió victorioso y me acerqué hasta dejar un beso en su mejilla, mientras él se concentraba en el camino.

Salimos con Draco a pasear un rato y a la vuelta me dejó en casa, prometiendo volver en un par de horas para que fuéramos juntos a lo de nuestro amigo.

Maldito Destino-Orian- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora