CAPÍTULO 66

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  Lo vi salir del baño completamente mojado mientras me estiraba en la cama con pereza. Me senté lo más rápido que pude con la fina tela de la sábana cubriendo mi cuerpo, es que no podía perderme ni un segundo más de esa maravilla. Mis ojos apenas podían abrirse pero definitivamente disfrutaban lo que veían. Dudo que exista mejor estímulo para despertarse a la mañana que Julian en bóxer, con el agua que escurre su pelo cubriéndole la mayor parte del torso.

- Cómo dormiste? - preguntó al notar que estaba siendo observado.

Levanté mi pulgar en respuesta, realmente estaba muy cansada como para poder armar una frase. Me dedicó una de sus perfectas sonrisas y continuó con lo suyo.

Cuando estuvo finalmente vestido como para ir a trabajar se sentó a mi lado, acomodando su pelo mojado hacia un lado. No podía tenerlo en la cama vestido de traje porque realmente eso no ayudaba a mis hormonas. Me mordí el labio cuando nuestros ojos se conectaron y él largó una pequeña risa.

- Qué pasa? - preguntó divertido y suspiré.

- Tu maldito traje - respondí con la voz algo ronca - No la culpo a Emma, yo si te viera todos los días así también te tendría ganas.

- Voy a usarlo más seguido entonces, me hubieras avisado antes - dijo con orgullo y reí.

- Igual te tengo ganas con cualquier cosa que lleves puesta - admití - Y si te quedas mucho tiempo más acá, y así vestido, no me hago cargo de mis actos.

Me abrazó entre risas para atraerme a su cuerpo. Rodeé con mi brazo su cintura mientras él acercaba su rostro al mío. Dejó un suave beso en mis labios y sonreí, no se iba a cansar nunca de ser tan atento conmigo.

- No puedo llegar tarde al trabajo, gorda - susurró cerca de mi oído y bufé - Ni vos a la facultad.

- Igual me lleva Jenny - dije volviendo a sentarme - Voy a bañarme rápido porque seguro se va sin mi.

Le di un último beso antes de correr a la ducha, bajo su atenta mirada y una sonrisa pícara en sus labios. Al salir ya no estaba. Me senté rendida en la cama mientras me encargaba de vestirme, y una vez lista atravesé finalmente la puerta del cuarto.

- Buen día - solté al ver a los chicos desayunando y ambos me saludaron sonrientes - Ey, creí que ya te habías ido - agregué al verlo a él en la cocina.

No pude evitar que mi expresión cambiara y me dirigí hacia él con una sonrisa de oreja a oreja.

- Sin despedirme? Sin prepararte el desayuno? Qué poco me conoces.

Reí, justamente porque lo conozco más de lo que se puede imaginar. Lo abracé por detrás y permanecí unos minutos así, pegada a él, mientras dejaba algunos besos en su cuello.

Me aparté cuando tuvo mi café listo y me senté en una de las sillas de la cocina a esperarlo. A los pocos segundos se sentó a mi lado, con sus amados cereales y unas tostadas ya untadas para mí. Sonreí y dejé un beso en su mejilla como agradecimiento. Comió algo apurado mientras yo me tomaba mi tiempo, y también aprovechaba para observarlo.

- Yo la lavo - dije rápidamente, colocando su taza al lado de la mía una vez que finalizó.

- Gracias - murmuró, sosteniendo mi mano mientras se ponía de pie - Me tengo que ir ya si no quiero llegar tarde - agregó algo preocupado.

Asentí y me sonrió mientras tiraba de mi mano para dejarme de pie frente a él, abrazándome por la cintura y escondiendo su rostro en mi cuello.

- Gracias - susurró - Por bancarte todo esto, y por dejarme despertar a tu lado. Es de las cosas que más disfruto en la vida.

Aparté su rostro para poder mirarlo a los ojos. Me dio tanta ternura que simplemente lo besé, tomándolo por el cuello de la camisa.

Maldito Destino-Orian- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora