Viernes. Salida de chicas, Jenny, Mariel, y yo, solas. Agradecí que no me hayan obligado a ir con Julian, con la excusa de que tenía que manejar al día siguiente y necesitaba descansar. Había sido una semana un tanto difícil, cada mañana me levantaba pensando que faltaba un día menos para que se fuera y sabiendo que no podía hacer nada para cambiarlo. Prácticamente no nos volvimos a dirigir la palabra desde aquella "despedida" en su habitación, y me parecía lo más justo, para no sufrir más cuando se tuviera que ir. Nos habíamos juntado en lo de Jenny para prepararnos y tomar algo antes de salir. Ya iba por mi cuarto vaso de vodka con jugo de naranja, y me parecía la octava maravilla. No paraba de reírme y hasta por un momento logré olvidarme de lo que me tenía tan mal. A eso de las dos de la mañana nos bajamos del taxi para entrar al boliche. Mi estado no era muy bueno pero me sentía en mi mejor momento, nada me importaba y estaba feliz, aunque fuera solo por un instante.- Pasame mi celular, Je - grité para que me escuchara sobre la música.Se lo había dado para que lo guardara ella que sí tenía bolsillos y era un poco más consciente y responsable.- No, para qué lo querés?- Quiero ver una cosa, dale no jodas - dije entre risas y no le quedó otra que dármelo.No demoré mucho en abrir la conversación con Julian y teclear."NOOO TW VAYASSSS!!!!"Suspiré y seguí tomando mientras esperaba su respuesta y me movía al ritmo de la canción que sonaba."No hagas boludeces, Oriana" Sonreí. Era justo lo que quería, y nunca pensé que me fuera a contestar."POR FAVORRRT QUEDATWE CONMIGO"Y no contestó más, genial. A eso de las seis de la mañana me bajé en casa, mientras las chicas siguieron en el taxi hacia las suyas. Tuve que sentarme durante unos minutos en la puerta para recomponerme. Estaba mareada, veía doble, triple, cuádruple. Respiré hondo antes de entrar, y me sostuve de las paredes hasta llegar al piso de arriba, procurando no hacer mucho ruido. Tiré los zapatos dentro de mi cuarto, caminé como pude hasta el final del pasillo y me apoyé durante unos segundos sobre la puerta, para luego abrirla con cuidado de no despertarlo. Me acerqué a la cama alumbrando con la pantalla del celular y me senté algo torpe a un lado de su cuerpo. Se veía tan tierno dormido que no pude evitar acariciarle el rostro y acomodar su flequillo hacia atrás. Se sobresaltó cuando notó mi presencia y yo solo reí al ver su expresión. - Qué haces acá? Estás loca? - preguntó con la voz ronca y algo asustado.Tuve que morderme el labio para controlar mis ganas de tirarme sobre él, que era lo único que quería hacer.- Estás borracha? - preguntó mientras se sentaba contra el respaldo y me encogí de hombros - La puta madre - agregó con bronca y tapó su cara con ambas manos.- Ya no sos nadie para reprocharme - me quejé y bufó - Cómo era eso de dejarnos ir? - agregué con ironía.- Perdón pero sos vos la que venís en pedo a mi cuarto a buscarme, y me mandas mensajes. Yo ya te dije todo el otro día, ya está.- No, no está nada - dije con dificultad.- Anda a dormir, Ori - me interrumpió y negué con la cabeza.- Me voy a quedar a dormir con vos.- Qué? - Hacéme un lugar - supliqué intentando levantar las sábanas. - No, para - intentó detenerme pero ya estaba del lado de adentro.- Por qué la haces más difícil? - preguntó rendido.- Porque te quiero - murmuré mientras me tapaba bien y me aferré rápidamente a su cintura.Tenía el torso desnudo y a pesar del frío que hacía podía sentir el calor que que éste le transmitía a mi cuerpo. Lo escuché suspirar y a los pocos segundos se estaba volviendo a acostar, acomodándome sobre su pecho y rodeándome con sus brazos. Dejó un sentido beso en mi frente y sonreí.- Descansá - susurró.No quería. No quería cerrar los ojos, no quería quedarme dormida sabiendo que en cuanto me despertara, o poco más tarde, tendría que despedirme de él.
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Maldito Destino-Orian-
FanfictionNovela Orian - "Julian Serrano y Oriana Sabatini" Prólogo ♡ No puedo dejar de admirarlo mientras conduce. El viento que entra por la ventana peina naturalmente su flequillo hacia arriba. Su mirada tan fija en la carretera, y su mano derecha con tan...