CAPÍTULO 9

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18/04/2012

Falta exactamente media hora para mi cumpleaños, y todos mis sentimientos se resumen en uno solo, ansiedad. Creo que vengo sintiendo ansiedad hace semanas. No se que me pasa, y a veces lloro por la frustración de no poder descubrirlo. Julian cada día que pasa se muestra más indiferente conmigo, y yo por despecho actúo de la misma forma.

No he salido más porque la condición siempre es salir acompañada de él, y teniendo en cuenta la última experiencia, y los precios que tuve que pagar, opté por hacer vida de abuela. Mi rutina se basa en ir al colegio, juntarme con Jenny por la tarde, estudiar, y a la noche encerrarme en el cuarto a escuchar música, o a llorar. No tengo la vida que quiero, pero tampoco hago nada por cambiar algo, por lo tanto, creo que obtengo lo que me merezco.

Miro el reloj y siento un extraño cosquilleo en la panza, quince minutos. Juego con un mechón de pelo mientras simulo estar cantando, es lo único que me distrae de ese maldito sentimiento.

00:00. Suspiro.

Un golpe en la puerta me distrae de mis pensamientos. Y yo que creía que todos dormían. Corro hacia la puerta y en cuanto la abro mi hermana se abalanza sobre mi, abrazándome más fuerte que nunca.

- Feliz cumple Orito - gritó en mi oído y no hice más que sonreír, lo que amo a esta enana no se puede explicar.

- Gracias linda, sos la primera - dije y levantó ambas cejas, emocionada - Y la única.

- Bueno acá todos duermen, y Julian no está, así que vas a tener que esperar hasta la mañana.

- Cómo que... Dónde está Julian? - pregunté preocupada y se encogió de hombros.

- Salió en el auto hace como dos horas, dijo que se iba a juntar con unos amigos del colegio y que no lo esperemos despiertos.

- Pero si Julian no tiene amigos en el colegio! - exclamé y sus ojos se abrieron como platos.

- Bueno no se, es mayor de edad, puede hacer lo que quiera, aparte a vos qué te importa?

Bufé.

- Querés quedarte un rato? Estaba escuchando música - propuse para cambiar de tema y ella hizo una mueca.

- Me encantaría pero sabes que sino no me levanta nadie mañana - explicó y asentí.

Volvió a abrazarme y luego de repetirme "feliz cumple", salió corriendo a su cuarto. Seguía aún con el uniforme del colegio, la pereza me consumía, así que entré a bañarme y al salir me vestí ya para dormir, con un short gris y una musculosa corta y suelta, blanca.

Agarré mi celular y sonreí al ver que tenía un mensaje de Jenny.

"Feliz cumple amigaaaaaaa! Que lo empieces divino, nos vemos mañana, te amo muchísimo"

Mi celular vibró mientras le estaba contestando y bufé. Nuevo mensaje de "No atender".

"Fwliz cmple bmombon! T quiuero"

1- Definitivamente estaba borracho.

2- "Bombón"

3- "Te quiero"

Casi me viene un ataque. Julian diciéndome cosas lindas porque está en pedo, jamás pensé vivir para presenciar una cosa así.

"Gracias. Donde estás? No manejes por favor!"

No pude evitar preocuparme, si no era capaz de coordinar los dedos para escribir bien, menos sería capaz de conducir un auto. No me contestaba y me estaba empezando a alterar. No sabía que hacer, pero tampoco iba a despertar a mis padres, no sabiendo en el estado en que podía llegar él. Bajé a la cocina para calmar mis nervios con un vaso de jugo mientras intentaba llamarlo, pero se ve que había apagado el celular, porque continuamente me atendía el buzón de voz.

- Feliz cumple linda - escuché en mi oído mientras unas manos frías se posaban en mi cintura descubierta.

Pegué un grito mientras giraba en el lugar y él se encargó de tapar mi boca con su mano. Mi corazón estaba a punto de estallar del susto. Lo miraba con miedo mientras él no paraba de reírse.

- Sos un imbécil, hace rato que estoy preocupada por vos y sos incapaz de atenderme el celular - protesté al borde del llanto.

- Feliz cumple Ori - repitió, arrastrando la lengua, y noté que no era capaz de procesar lo que le estaba diciendo.

Sonreí, por el simple hecho de que me había llamado "Ori" por primera vez.

- Gracias - murmuré, nerviosa, y él seguía riendo.

Tenía aproximadamente 4 botones de la camisa desabrochados, estaba todo volcado y con un olor a alcohol insoportable. Su pelo increíblemente alborotado y sus ojos más achinados que nunca, fijos en los míos. Estaba tan cerca que podía sentir su aliento, una mezcla de alcohol con cigarro, y esto se combinaba en el aire con su perfume tan rico y característico. Llevó nuevamente sus manos heladas a cada lado de mi cintura, sobre la piel que la musculosa no lograba tapar, y eso solo me provocó escalofríos.

Se pegó a mi cuerpo y besó mi frente con ternura para luego apoyar la suya sobre ella, cerrando los ojos. Mi corazón latía a una velocidad incontrolable y daba un vuelco cada vez que sus manos se movían acariciando la parte baja de mi espalda, con suma delicadeza. Su respiración entrecortada golpeaba contra mi rostro y poco a poco sentía que mi cordura iba desapareciendo. No supe que hacer con mis brazos así que simplemente los levanté hasta alcanzar su cuello, para luego perder mis dedos dentro de su pelo.

Maldito Destino-Orian- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora