CAPÍTULO 18

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Nos separamos y me escondí en su cuello. Lo sentí sonreír aunque no lo estuviera viendo.

- No te vas a rendir, no? - preguntó y reí.

- Nunca.

Me alejé para poder observarlo bien. Se estaba riendo, por primera vez desde que me había contado todo. Se estaba riendo y era gracias a mí, así que no pude evitar sentirme feliz. Su mano aún paseaba por mi cintura con delicadeza. Sus ojos estaban fijos en mi boca y los míos en su sonrisa. Era de otro planeta. Apoyé ambas manos sobre su pecho y ahora fue él quien me besó.

No se cuanto tiempo estuvimos así. Nos separábamos para mirarnos y volver a besarnos, como si tuviéramos un imán, como si no pudiéramos sobrevivir cinco minutos sin el otro. Finalmente escondí mi cabeza en su pecho y él me abrazó con fuerza. Qué mejor lugar? Solo sentía el latido acelerado de su corazón, su respiración calmada, y el adictivo olor de su perfume. Sonreí involuntariamente, definitivamente no existía un lugar mejor.

Me desperté con unos golpes en la puerta y me sobresalté. No pude moverme mucho ya que sus brazos aún me rodeaban con fuerza y tenía una pierna sobre las mías. Por la cantidad de luz que entraba por la ventana reaccioné que ya era de día. Pero qué hacía todavía acá? En qué momento nos quedamos dormidos?

- Ya va - grité rápidamente mientras intentaba salir de su agarre.

Lo empujé un poco y eso solo provocó que se aferrara más a mí. Bufé.

- Julian, despertate - susurré y él sonrió - Dale tarado, hay alguien en la puerta.

Abrió los ojos de golpe y saltó de la cama. Yo solo reí.

- Metete abajo de la cama - dije señalando mientras me acomodaba la ropa con la cual había salido ayer, porque no, tampoco tuvimos tiempo de cambiarnos.

Abrí la puerta y le dediqué una sonrisa falsa a mi hermana que traía a Draco a upa.

- Buen día - dijo con voz de dormida mientras le movía la pata al perro para que saludara - Podemos pasar?

- Ehhh... más tarde, sí? Me tengo que bañar y cambiar, después bajo a jugar con él - dije sin parar ni para respirar y prácticamente le cerré la puerta en la cara.

Me recosté sobre la puerta y largué todo el aire contenido. Lo escuché reír e inmediatamente abrí los ojos. Estaba ya sentado sobre la cama con una sonrisa y una cara de dormido que formaban una combinación mortal. Me acomodé a su lado y le peiné un poco el pelo que era un desastre.

- Eso estuvo cerca - dijo divertido y reí.

- La próxima cierro con llave.

- Ah... va a haber próxima vez? - preguntó alzando ambas cejas y le pegué en el hombro.

- No, no se ni lo que digo, y tampoco se por qué te quedaste a dormir acá.

- Que se yo, te habías dormido y no te quería molestar, ni tampoco quería caminar hasta mi cuarto.

- Vago - dije y me pegó ahora él, suave, en el hombro - Dormiste bien?

Asintió y sonreí.

- Vos?

- También - murmuré y tiró de mi brazo hasta acercarme a él.

Dejó un sentido beso en mi frente, luego uno en mi mejilla, y por último sobre mis labios. Corto, pero tierno.

- Me voy a... cambiar - largó y asentí.

- No me ocupes el baño que yo canté primera - dije y rió, mientras caminaba hacia la puerta.

Miró para todos lados antes de salir y yo solo reía, no podía creer que esto realmente estuviera pasando.

Luego de bañarme y vestirme adecuadamente, bajé a desayunar. Estaban todos, hasta Julian. Me dedicó una mirada cómplice y tuve que contener la sonrisa para no ser tan evidente.

- Estas loco? - susurré aterrada cuando me abrazó en la cocina, pegándome contra la heladera.

- Sí - respondió, con su brazo rodeando mi cintura con fuerza y sus ojos clavados en los míos.

No hizo falta decir más nada que ya estaba sobre mí, capturando mi labio inferior con ganas. Llevé mis brazos alrededor de su cuello y le seguí el ritmo, acelerado y torpe.

- Ah, bueno - se escuchó detrás de nosotros y nos sobresaltamos.

Maldito Destino-Orian- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora