- Por favor no sigas - supliqué, haciendo todo lo posible por controlarme.
- Acá no, hermano - interrumpió Agustín y se lo agradecí internamente.
Él largó una carcajada antes de levantarse y tirar de mi mano. Intenté resistirme pero fue en vano, no podía contra la fuerza que manejaba. Mi amiga comenzó a aplaudir entre risas mientras Julian me arrastraba hasta su cuarto y a mí no me quedó otra que ceder.
- Me la hiciste difícil, pendeja - murmuró con la respiración agitada después de haber cerrado finalmente la puerta.
- Es que sos insoportable, me ganaste por cansancio - retruqué, rendida.
Liberó mis muñecas para poder rodear rápidamente mi cintura con sus brazos, atrayéndome hacia él. Perdí toda la cordura en un instante al sentirlo tan cerca y él tiró su cabeza hacia atrás en cuanto intenté besarlo.
- Ey, no tan rápido - soltó y bufé.
- Y ahora qué?
- Todavía tenemos que arreglar un asunto - explicó y lo miré desentendida - Juan.
Rodé los ojos, cansada ya del tema, y él apretó su agarré en mi cintura, haciendo que vuelva a conectar mi mirada con la suya.
- No se que más hacer para que me creas que no pasa nada.
- Decile que no te moleste más - respondió sonriente.
- Vos estás loco? No le voy a decir eso.
- Entonces se lo digo yo - dijo totalmente relajado, mientras sacaba su celular del bolsillo del pantalón.
- No - grité y sonrió victorioso.
Lo guardó rápidamente para volver a llevar su brazo a mi cintura.
- Un mensaje por un beso.
- Sólo un beso? Cuándo te volviste tan miserable? - pregunté y rió.
- Un mensaje por todo lo que quieras - se corrigió y sonreí con picardía.
Tomé con una mano el celular mientras llevaba la otra a su nuca, sosteniéndome con firmeza. Le mostré el mensaje y sonrió satisfecho, es increíble el poder que tiene sobre mí para conseguir todo lo que quiere.
- Así que tenés novio - dijo entre risas y me encogí de hombros.
- Se te ocurre algo mejor?
- No, me encanta - dijo rápidamente, sacándome el celular de la mano y arrojándolo sobre la mesa de su escritorio.
- Ya gané? - pregunté, acercando peligrosamente mi rostro al suyo.
Sonrió de lado y tuve que agarrarme bien de su cuello para no caerme hacia atrás ante esa imagen.
- Yo gané - susurró a centímetros de mi boca.
Sonreí antes de atrapar su labio inferior entre los míos, sosteniendo su rostro con ambas manos mientras él presionaba sus dedos con fuerza en mis caderas, pegándome a su cuerpo por completo a medida que profundizaba aquel beso.
Me aparté luego de unos minutos, por falta de aire, y él aprovechó a besar con bastante intensidad la zona de mi cuello a medida que me guiaba con sus pasos hacia la cama hasta dejarme caer en ella, acomodándose entre mis piernas.
Comenzó a subir la intensidad de sus besos a medida que sus labios descendían con una lentitud desesperante por mi pecho, hasta toparse con la tela del top que ya empezaba a molestarle. Reí cuando gruñó, frustrado, y no demoré en desprender la maldita prenda de mi cuerpo para dejarle el camino libre.
Lejos de permitirle tener todo el control una vez más, giré rápidamente, dejándolo bajo mi cuerpo en un solo movimiento. Me senté sobre sus caderas con una pierna a cada lado de su cuerpo y logré detener sus manos antes de que pudiera volver a tocarme, dejándolas inmóviles sobre su cabeza.
Cada roce parecía volverlo loco y yo sólo disfrutaba al notar todo lo que generaba en él casi sin darme cuenta. Se mordió el labio mientras observaba cada una de mis acciones y no pudimos evitar reír con complicidad por lo evidente que era nuestra desesperación.
- Shh, están los chicos - murmuró con la voz agitada y asentí para volver a unir nuestros labios.
Escondí mi cara en la almohada, nerviosa por la forma en la que me miraba hacía ya varios minutos.
- Qué? - preguntó entre risas.
- No me mires así, estúpido.
- Así cómo? - preguntó mientras sus dedos se deslizaban por mi espalda desnuda, de arriba hacia abajo y viceversa.
- Así, como si sólo me quisieras para... ésto - respondí algo confundida.
- No es así - dijo poniéndose serio, mientras me obligaba a mirarlo a los ojos - Me extraña que después de todo este tiempo puedas pensar eso de mí.
- Ya se que no es así, pero... - cerré los ojos con fuerza para despejar un poco mis pensamientos - Perdoname, estoy un poco confundida con todo este asunto y ya no se ni qué pensar.
- Perdoname vos a mí por tener que hacerte pasar por esto. Y por mirarte así - rió - Pero te miro porque no puedo estar más enamorado de vos, y me encantas, de todas las maneras, no solo por... ésto - dijo haciendo comillas con sus dedos, burlándose de mí.
Me acercó a su cuerpo y deposité mi cabeza en el hueco de su cuello, mientras largaba un interminable suspiro.
- Cómo me gustaría volver el tiempo atrás - largué, luego de unos minutos en silencio, mientras él continuaba trazando caminos en mi espalda - A cuando nos hacíamos bien, cuando ninguno de los dos lastimaba al otro, y no existían ni Emmas ni Juanes - agregué y rió sin ganas
- Lo arruiné todo, no?
- Yo creo que fuimos los dos, no fuimos lo suficientemente maduros para cuidar una relación, y Emma fue solo una consecuencia de eso. Creo que por eso no estoy resentida, ya ni siquiera te culpo por lo que pasó.
- Y vos pensas que estamos a tiempo de madurar y poder cuidar una relación? - preguntó luego de unos segundos.
Me aparté para poder mirarlo a los ojos y su cara de preocupación me causó mucha ternura. Sonreí y se relajó un poco.
- Crees que si no fuera así yo estaría acá?
Soltó una pequeña risita mientras negaba con la cabeza y aproveché a dejar un suave beso sobre sus labios, no podría cansarme nunca de esos simples detalles que lo hacen tan irresistible.
- Te amo - susurré sobre sus labios, poniendo la voz de bebé que supo robarle tantas sonrisas.
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Maldito Destino-Orian-
FanfictionNovela Orian - "Julian Serrano y Oriana Sabatini" Prólogo ♡ No puedo dejar de admirarlo mientras conduce. El viento que entra por la ventana peina naturalmente su flequillo hacia arriba. Su mirada tan fija en la carretera, y su mano derecha con tan...